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HAITI
EL VUDÚ Y SUS CREENCIAS ANCESTRALES |
Haití país de Centroamérica en las Grandes Antillas, ocupa conjuntamente con la República Dominicana la isla que Cristóbal Colon llamó “La Española”. Aunque su población se declara católica en un 70 por ciento. Existe una práctica mágico-religiosa muy extendida: el vudú
¿Qué explicación podemos dar a esta “religión” que ha permanecido durante generaciones en la isla de Haití? ¿Qué se esconde tras la leyenda y mitos creados alrededor de este enigmático tema? |
Para abordar este asunto es imprescindible profundizar en las prácticas religiosas que trajeron consigo los esclavos africanos. Grandes cantidades de seres humanos de piel negra compartieron en las plantaciones una misma religión, unas mismas necesidades, unos mismos miedos y temores. Todos ellos de diferentes procedencias, malvivían y eran explotados por sus “amos” europeos que profesaban la “única” creencia válida o al menos, eso trataban de imponer.
La flota de Nicolás de Ovando, en el lejano año de 1502, transportó los primeros esclavos de África. El origen de la mayoría los llegados a Haití era de la región del Golfo de Berín, cuyo nombre hasta hace muy poco era ciertamente ilustrativo “Costa de los esclavos”. También los negreros franceses de Sant Dominique se aprovisionaban de material humano en el Congo y Angola. Fueron exportados de las factorías de Senegal y de Guinea. Sin embargo, por encima de todas estas siniestras “canteras humanas” había un lugar que sobresalía en la aportación de esclavos negros; el Reino de Dahomey y de Nigeria. El rey damoheyano vendía a los blancos los prisioneros de guerra a cambio de productos europeos, tales como armas, perlas, utensilios diversos, etc. Así se produjeron las grandes emigraciones forzosas de diferentes grupos culturales que una vez en la isla y en situaciones críticas reinterpretaron sus cultos. Seguramente los dahomery profesaron el culto Rada, los del Congo el suyo propio, e incluso aparecieron ritos que podríamos llamar “criollos”, nacidos en la misma isla, como el Petro
La historia real del vudú se puede ubicar con los primeros contingentes de esclavos que arribaron a Saint.Dominique desde la segunda mitad del siglo XVII. El autor Moureau de Saint_Méry escribió la obra “Description topographique, physique, civile, politique et historique de la patre francaise de la patre francaise de l` ilr de Saint-Dominique” publicada en la ciudad de Filadelfia.
En la misma describe la primera interpretación de una ceremonia vudú, presidida por un rey y una reina, que consiste en la adoración a la culebra que comunica su poder y sus voluntades por mediación de un sacerdote o de una mujer en trance; el trance es comunicado posteriormente al candidato de la iniciación a través de una serie de bailes frenéticos y finalmente a todos los espectadores, que forman una gran rueda dando vueltas alrededor de la caja que contiene el oficio.
La práctica del vudú en Haití es debido la presencia en las plantaciones de sacerdotes o “servidores de los Dioses”, conocedores del ritual. Seguramente los sistemas religiosos traídos de Dahomey o de Nigeria habrían degenerado en prácticas incoherentes e incomprensibles, o hubieran quedado a un nivel de ritos de magia negra o blanca, de no ser por estas personas cualificadas que lograron una reinterpretación religiosa en la que rituales complejos como danzas y ritmos variados ocuparon un espacio esencial dentro de las creencias de estos seres desarraigados, temerosos, lejos de sus tierras, y sin ningún futuro medianamente próspero.
El culto a los loas y divinidades, así como a la magia, fueron para el esclavo un refugio y una forma de resistencia a la opresión, que eles daba fuerza para soportar el yugo de los blancos franceses que les robaron su libertad.
EL VUDÚ: UN CULTO FAMILIAR, INDIVIDUAL Y COLECTIVO
El vudú es una experiencia mágico-religiosa auténtica, un lenguaje cultural, un sistema de pensamiento que satisface al practicante haitiano en su intento por comprender el mundo y el sentido que debe darse a la existencia humana. Por lo tanto, trasciende a un hecho real, sociológico, totalmente arraigado en la sociedad.
Los adeptos rinden culto en sus casas a un “ loaraíz ”, lo han heredado de su familia de nacimiento, auténtico “genio” o “espíritu” del propio individuo que le asegura protección en todas sus acciones y le ayuda en los momentos difíciles. |
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Las casas de los practicantes generalmente tienen sus propios símbolos, que siempre están presentes. Rinden culto al “espíritu” ante un oratorio casero, que muchas veces es una simple mesa con un mantel, cuidado y adornado de maneras distintas. En ocasiones se pueden apreciar imágenes de santos católicos correspondientes a loas, pues no en vano era la forma de esconder el culto vudú a los “amos” represores de antaño, formula que hoy día continúa vigente, mezclando ambas creencias religiosas.
Los loas protectores tienen una relación personal con cada individuo, el cual trasciende a nivel familiar y colectivo, creando una nueva estructura dentro de la comunidad, dándole unas pautas sociales de amistad y de ayuda mutua.
El culto como forma colectiva se practica generalmente en el Homfort . Allí los miembros de la familia, incluso los dispersos durante el año, se reúnen en diferentes ocasiones para celebrar el culto a los loas
La palabra Homfort o humfo es un vocablo francés y se utiliza para las construcciones dedicadas al culto vudú. Son muy comunes de ver en un gran espacio abierto, entre patios interiores totalmente incorporados a las humildes casas de los practicantes, y del hungan o la mambo . Estos dos personajes suelen estar a la cabeza de las cofradías y son a quienes los fieles recurren en todas las circunstancias de la vida, porque ellos saben “entender” a los loas. Ambos ocupan una posición muy alta en la escala social del ámbito rural., y su importancia dentro del universo vudú es esencial ya que son los encargados de descifrar los mensajes del mundo paranatural, ese mismo al que se accede en estado trance mediante la posesión por parte de la divinidad. |
Foto: La práctica del vudú antiguamente se hacía en calles, hoy en día es más habitual en los patios traseros de las casas o sitios eriazos |
El vudú “esconde” una serie de personajes más, como los hunsi , adeptos que han pasado por la iniciación. Ellos saben identificar a los loas, toman parte activa en las ceremonias y conocen algunos secretos del ritual. Los hunsi más diligentes son elegidos como hunguemikon , también llamados rensatkel . Se especializan en las ofrendas, que son muy significativas y diversas dentro del culto. Tienen un papel organizativo dentro de la ceremonia, como pueden ser los cantos, las danzas. Quizás su máxima función sea identificar a cada loa en el momento de su aparición dentro del ritual. Existe también un personaje llamado La Place, abreviatura de “Commandant General de La Place ”, maestro de ceremonias que se responsabiliza del orden, que va “llevando” a los que entran en trance, esto es, a los poseídos por un loa los guía a un sitio seguro. Además vigila que no haya dos “espiritus” en un mismo momento del ritual que provoque un enfrentamiento. Se distingue por portar una especie de machete que maneja con habilidad. |
Simbología en los muros de una casa donde se practica el vudú |
Otro personaje importante dentro del Homfort es el confiance , que como su nombre indica es el individuo de confianza del hungan o la manbo , su brazo derecho. No podemos dejar de mencionar dentro de esta curiosa cofradía al bête charge o “bestia de carga” . Es el intendente que se ocupa de todos los detalles materiales de la administración del homfort.
Todo este conjunto de personas unidas por un ritual mágico-religioso tienen el respaldo de políticos y comerciantes de las ciudades. El apoyo moral y financiero al hungan o mambo, enviando donaciones para asegurarse una protección espiritual, hacen que esta organización sea parecida a la sociedad de trabajo de otras culturas.
EL MUNDO SOBRENATURAL EN LOS TRES TIPOS DE VUDU
Existen en Haití diferentes cultos vudú con sus correspondientes ritos. Los más importantes son el Rada, Petro, y Congo ; otros como el Naga Kaplou, Wango, Sinigia, Ibo, etc., están menos extendidos por la isla, y existe muy poca información sobre ellos.
El culto Rada es de origen Dahomey. Es el primero que surge en Haití. Su génesis es confusa y las primeras noticias que tenemos aparecen en la obra de Monsieur de Saint-Méry ya citada anteriormente. En la actualidad es Ogun el loa principal del rito Rada. La cabeza visible del Ogun o “Jefe de Conjunto ” sería el “ Ogun Ferraille ”, representando el fuego, la guerra, los metales y también el barro- muy importante dado su simbolismo mediante baños -.
Este loa es identificado en facetas benefactoras tales como la lucha contra la miseria, e incluso por ayudar a los esclavos ante el dominio francés. Su símbolo es un sable clavado en la tierra y es sincretizado como la imagen de Santiago el Mayor, su “doble católico. Su mujer es la divinidad del amor, simbolizada en una mulata, y sus colores identificables son el azul y el rosa. Su nombre es Ezilli –frewsa -
El loa tradicional de este rito, Dambata Wedo , a pesar de permanecer activo ya no tiene la fuerza que poseía en sus orígenes – siglo XVIII – pero ocupa un lugar importante dentro del panteón vudú.
El culto Petro aparece en Haití en el siglo XVIII. Se atribuye su origen a Don Petro , un personaje histórico de raíces ocultas que lo fundó cuando escapo de la parte española de la isla. Es tan haitiano como dominicano, y esencialmente de origen criollo.
Aunque es común que se confundan los loas, ya que están en todos los ritos, losa pertenecientes al Petro poseen unas características propias, cuyos adjetivos más comunes para sus dioses suelen ser “malignos, tiesos, amargos, grotescos, imposibles de confundir”, al contrario que los del rito Rada , que suelen ser de una naturaleza benigna y dulces Existen otras diferencias avaladas por iniciados, como son el calificativo ye-ruy – ojos rojos – única diferencia para algunos entre los loas del rito Rada y Petro. En cambio existen otras más simples de percibir como la culminación de un momento crítico del sacrificio, cuando se utiliza la exclamación ” a boobo ” en el rito Rada y “ bi-lolito ” dentro del rito Petro.
Ogun Marinet es el loa más importante de la clase Petro; es una diablesa que trata con el mal y el exorcismo. Tiene aspecto de bruja. Su color es el rojo ya que domina el fuego. Reside en los bosques, donde los loups-garons – hombres lobos – le hacen reverencia y cumplen con los servicios que ella les manda. Su símbolo es la lechuza y se le suelen ofrecer gallinas desplumadas, cabras y cerdas negras.
Otros loas y personajes de este rito son Simbi, Krabinay y una variedad de “espíritus” secundarios imposibles de describir en el presente trabajo.
El culto Congo es el que reverencia a los ancestros, y existe en las sociedades afroamericanas. Está ligado al fenómenos de los muertos vivientes” o zombies, también originarios de Dahomey.
Algunos loa son situados cerca de la costa, son inteligentes y de costumbres más civilizadas que los del interior. Estos últimos son considerados superiores ya que conocen las plantas medicinales. Los loas Congo de la sabana se llaman también Zandar y se dividen en familias, siendo las principales los Kanga, los Kaplou, los Baumba, los Mondongo y los Kita.
El loa Mondongo es una de las divinidades de los numerosos grupos congos. Es un genio malvado, la encarnación del mal, por lo que cuando posee a un fiel vudú lo hace con gran brutalidad. Por ofrendas se le dan perros kinos, a los que se les muerde el extremo de la oreja para extraerles sangre. Dicha familia o clan esta poco estudiada, o por lo menos hay poca información. En definitiva, lo que está claro es que más que adorarlos se les teme.
UN MUNDO OCULTO ENTRE LA FANTASIA Y LA REALIDAD
La fe y la fantasía popular siguen creando nuevos loas. Mientras unos perpetuán la tradición, otros se pierden porque caen en el olvido. Dentro de ese mundo mágico-religioso existe lógicamente la superstición enquistada en muchas partes de la sociedad, “ayudada” por el alto índice de analfabetismo que padece. La manipulación política del vudú también ha existido. Eso no paso desapercibido para el difunto dictador, más conocido como Papa Doc, quien recurrió a la cara oscura del vudú para mantener el dominio sobre ciertos estratos de la sociedad haitiana. |
Una de las creencias más controvertidas es la de los “muertos vivientes”, más conocidos como zombies. ¿Existen realmente? De acuerdo a la tradición haitiana son aquellas desafortunadas criaturas que han sido “regresadas” de la muerte por brujos diabólicos – bocors – y mantenidos como esclavos.
Estudiosos de la talla de Emersen Lamarque Douyon cree que efectivamente los zombies existen pero las explicaciones al fenómeno estarían en la aplicación de una droga para lograr dicho estado. Precisamente, gracias al Dr. Douyon se han recogido algunos casos como los siguientes:
La chica de 16 años Francina Illéus fue ingresada en el Hospital Saint Michel de L`Attalaye con serios problemas digestivos. Esta paciente fallecía el 23 de Febrero de 1976, según acta de defunción, Su familia, muy pobre, se demoró varios días en conseguir el dinero para su entierro y el cadáver permaneció varias jornadas en el depósito. En el mes de abril de 19979, una amiga de la familia la encontró errando sin rumbo en un mercado de la capital. ¿Qué ocurrió con Francina en esos casi tres años de su existencia?
Otro suceso famoso, incluso documentado con actas de defunción y testimonio del propio afectado, es el de Clairvius Narcine , quien en el año 1980 fue encontrado vagando semidesnudo en estado de shock cerca de su pueblo natal., Gonaives. Existe una partida de defunción emitida en el mes de mayo de 1962 en la que se certifica que Clairvius Narcine murió en el centro hospitalario haitiano Albert Schweitzer de la misma localidad de Gonaives. ¿Qué hacia Clairvius Narcine 18 años después fuera de su tumba?
Casos como éstos, sin explicación aparente, han disparado el mito de los zombies o “muertos vivientes”, incluyendo últimamente películas, videos musicales y toda una seguidilla de promociones comerciales utilizando el formato del “enigma” original. |
El etnobotánico Wade Davis ofrece una explicación científica acerca de cómo son creados. Sus argumentos, profundamente razonables, están basados en el presunto uso de psicotrópicos vegetales, cuya administración desencadena el cuadro típico exhibido por estas entidades sobrecogedoras. |
Mitología haitiana: Mezcla de sus orígenes históricos, creencias, analfabetismo, abusos de poder de sus políticos, pobreza, desastres naturales, y otras hierbas |
Davis cree que los bocors, que conocen perfectamente las propiedades positivas y negativas de las plantas, preparan un brebaje para dárselos a las personas. Esta bebida tendría bufotetina y tetrodotoxina, que esparcida en la piel de las victimas causaría una dificultad respiratoria, insuficiencia cardiaca y renal, y agitación psicomotriz y confusión mental progresiva. Estas sustancias tóxicas no sólo se han detectado a nivel vegetal, sino también existe un pez llamado “pez globo” típico de la zona que también porta tetrodotoxina venenosa. La víctima, al tener contacto con estas sustancias, cae en un profundo estado de rigidez, adquieres aspecto cadavérico, y el puso se hace débil al máximo. No se nota ningún signo vital y después de varias horas fácilmente se puede dictaminar la muerte del afectado. El bocor se encarga, antes de transcurrido un día, de exhumarlo y “devolverlo a la vida”, pero a la vida de un zombie. En este punto se le suministraría datura y un preparado vegetal alucinógeno a base de estramonio. La víctima, probablemente afectada por lesiones residuales del cerebro provocadas por la escasez de oxigeno durante la falsa muerte y el sucesivo sepelio, vuelve a tener conciencia en mitad de espantosas alucinaciones y es fácil convencerlo de que es un “muerto viviente”.
Las investigaciones realizadas por Wade Davis y el doctor Richard Evans Schulter, director del Museo Botánico de la Universidad de Harvard, señalan que el zombie es producto de estas sustancias tóxicas conocidas por los bocors desde tiempos remotos y las consecuencias son que las víctimas sólo pueden efectuar trabajos físicos, labores en el campo, siendo esclavos de las circunstancias. No pueden hablar correctamente y son confundidos por los demás como retrasados mentales. |
DATURA, LA DROGA DE LA MUERTE |
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Las investigaciones de Davis lo llevaron a determinar que los bocors obligaban a los zombies a comer pasta de datura, una potente planta alucinógena del género de herbáceas, familia de las solanáceas que acumulan alcaloides en las hojas, raíces y semillas. Comprende dos especies importantes: datura metel y datura estramonio.
Esta planta es originaria de México y se usó durante muchos años en los ritos mágicos religiosos de Sudamérica. Los sacerdotes de los chibchas se las daban a las mujeres y esclavas para producirles estupor, antes de enterrarlas vivas con sus esposos y dueños de acuerdo a las tradiciones locales. |
El curare es otro alcaloide que produce bloqueo del impulso nervioso a nivel de placa motora. El componente D-tubocarina provoca una parálisis muscular que afecta, primero a los músculos de la cara, posteriormente a los respiratorios, y provoca el efecto de un rostro ausente y enfermo. En la antigüedad lo utilizaban los nativos de América, África, Asia y Oceanía para impregnar sus flechas. Hoy en día se aplica para reducir ciertos efectos post operatorios como son convulsiones y espasmos musculares, etc. Sin embargo, en este país isleño apartado del mundo se utilizan dichas plantas para revivir a los muertos, para traerlos de su ficticio “más allá” a un nuevo y aterrador infierno terrenal.
CONCLUSIONES
El complejo mundo del vudú no sólo se explica por el bajo índice de alfabetización de la población de Haití, ni por supersticiones ancestrales. Nuestra mente occidental adaptada a unos cuadros específicos choca en esta micro-sociedad cerrada, hermética, donde las creencias, los temores, y la falta de recurso provocan una insatisfacción latente en sus habitantes. Si a todo esto le agregamos que toda esta sociedad se creó como elemento de resistencia y lucha a las imposiciones de grupo dominantes, es en este punto donde debemos investigar los orígenes de su religión, que es una verdadera red de comunicación entre los dominios de mundo natural y cultural. Practicando estas creencias, el individuo, la familia, el grupo social se encuentra seguro, porque genera una resistencia innata contra sus “amos” de antaño, contra la religión intrusa que trataron de imponerle, contra la miseria y el desarraigo de la tierra lejana. Todo ello perdura hasta el día de hoy, disfrazando a los santos católicos para que el pueblo llano se reencuentre con sus loas y símbolos de los antepasados.
Pese a que los tiempos “modernos” parecen borrar cualquier atisbo de tradición, la creencia y la comunicación con los loas continúa estando viva.
Autor: Raúl Núñez
Revista Enigmas de España Nº 08 1102-81 |
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