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UFOLOGÍA
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LA EXPERIENCIA DE LA FAMILIA FLORES
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Una experiencia como la que vamos a relatar a continuación es insólita, seguramente más de algún lector cuestionara su veracidad. Están en su pleno derecho estos últimos. Sólo podemos decir que como norma no exponemos nada a la luz pública sin haber confirmado las fuentes originales y en este caso sus protagonistas mismos nos reafirmaron su experiencia. Un hecho que nos hace pensar una vez más que conocemos muy poco de nuestro entorno, menos de nosotros mismos, y nos hace pensar que inteligencias superiores a nosotros se presentan de vez en cuando en nuestro plano físico terrenal.
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La noticia era escueta y corta. Se público en la prensa de la ciudad de Concepción en el año 1998 y este pequeño recorte se envió a España a nuestra sede central, recibiendo por respuesta la presencia en Chile del presidente del IIEE de España Ramón Navia-Osorio quien conjuntamente con quien escribe se desplazaron a la IX región de nuestro país para confirmar, añadir y recopilar más datos de éste y varios casos más de la zona para reinvestigarlos y saber que había pasado con sus protagonistas a casi ocho años de haber ocurrido esta experiencia. Todo esto sin antes visitar al investigador de Angol, ex Mayor de Carabineros (R) Sr. Raúl Gajardo Leopold, quien nos proporcionó la infraestructura en desplazamientos y sobre todo datos muy importantes para localizar las personas involucradas en este caso. Su archivo personal ufológico es una joya ignorada, y nos facilitó enormemente la misión de encontrarnos con estas personas y comprobar la veracidad de lo expuesto en la prensa años atrás. Claro que para esto hay que trabajar la ufología en terreno y es ahí cuando este archivo adquiere vida y total vigencia.



El circulo gris marca las zonas más calientes ufológicamente en la IX región y entre ellas está la ruta donde la familia Flores tuvo su extraña experiencia
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En el parte inicial casi policial la Sra. Asbel Ortega Flores decía, textual:

El día 28 de Septiembre de 1998, yo venía conduciendo mi automóvil desde Las Ángeles a Purén, acompañada de mi madre Alicia Flores Reyes de 61 años, también mi hijo Gabriel Alfonso Martínez Ortega de 4 años, a quien habíamos llevado a consulta ante el médico Lorenzo Bustamante Lalane, que atiende en la clínica de Los Andes en la ciudad de Los Ángeles. El diagnostico indicaba que mi hijo al parecer padecía de “fiebre reumática al corazón”, con altas temperaturas y un acusado decaimiento. No debía agitarse ni llorar, por cuanto podría sobrevenirle un paro cardíaco en cualquier momento. El niño venía durmiendo.

Eran aproximadamente las 22,30 horas, y la noche estaba despejada completamente con estrellas y no había luna.

Ya había sobrepasado la localidad de Trintre, en unos 7 a 8 kilómetros. Esta localidad queda a 22 kilómetros al sur de Angol casi a medio camino a Los Sauces.

Al salir de una zona de curvas, divisé a mi costado izquierdo, a una elevación de unos 45 grados un objeto luminoso, color blanco radiante, de bordes definidos, oscurecido o de color gris en el centro, de forma circular. Se desplazaba en forma vertical sobre los bosques de pinos. A pesar de sorprenderme e inquietarme, no sentía miedo. Continué mi marcha a unos 80 kilómetros. Al entrar a una recta, a unos 300 metros más adelante, al terminar ese tramo, donde sigue una bajada pude ver el objeto luminoso u ovni que estaba inmóvil, en la misma posición vertical… a unos 20 metros sobre la carretera. Yo me seguí acercando y así llegué a estar a unos 70 o 100 metros de ese objeto desconocido. Pude calcular que tenía unos 6 metros de diámetro. Ahí comencé a tener miedo a esto desconocido, al igual que mi madre, pero en ningún momento gritamos ni lloramos, reduje al mínimo la velocidad. El vehículo no vibró ni hubo interferencias en la radio, pero tanto mi madre como yo sentimos algo como un calor interno… desde la cabeza a las piernas y también por la espalda. No se nos erizaron los cabellos.

En aquel momento despertó mi hijo Gabriel. Estaba muy animado y conversador…antes estaba flácido y no levantaba ni su cabecita.

Observe que en sentido contrario venían otros vehículos. Divisé un automóvil al cual le hice cambio de luces, este vehículo paso bajo el Ovni. El Ovni lentamente comenzó a desplazarse a la derecha creo que por mi cambio de luces…describió una amplia curva pero sin variar su altura a la tierra. Se comenzó a elevar justo cuando venía en sentido contrario un autobús, también le realicé cambio de luces pero al parecer sin resultado… no disminuyó su velocidad. Creo que no vieron el Ovni ni se percataron de lo que estábamos viviendo nosotros.

El Ovni pasó a nuestra derecha a unos 70 metros de distancia. A unos 20 grados de elevación sobre la copa de los árboles, lentamente, en la misma posición vertical. Siempre lo vimos así… estoy segura que no era una esfera.

La observación duró unos 15 minutos… y lo perdimos de vista.

Yo en ningún momento me detuve o me estacioné. Después continué a una velocidad normal de 80 Km. Llegamos sin otro contratiempo a Purén.

Al otro día regresamos a Los Ángeles pues debía hacerle un electrocardiograma a mi hijo y otros exámenes. Pero el médico constató que mi hijo estaba completamente sano. El médico me confesó que no le encontraba explicación a lo sucedido.

Por último recuerdo haber visto una capa de neblina oscura en el lugar donde estaba estático el Ovni… en forma paralela a la carretera. Esto es inusual en ese lugar. Fue la única parte que vimos esa neblina. Eso fue extraño. (Firmado: Raúl Gajardo Leopold)

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El parte o informe anterior nos decía claramente que la prensa había publicado el hecho de una forma bastante cercana a la realidad, aunque sin muchos detalles. Nuestra misión fue encontrar a esta familia, a su madre, al joven Gabriel, y que ellos mismos nos explicaran y nos confirmaran si nos habíamos dejado llevar por un entusiasmo desbordado o efectivamente los hechos eran como se exponían.

Luego de localizar a la familia que vivían en la localidad de Los Sauces, y al no tener domicilio alguno comenzamos una búsqueda casi a ciegas de donde encontrarlos y esta localización fue centrada en algunas calles que nos indicaron algunas personas que creían haber conocido años atrás este caso, pero sin muchas certezas firmes. Al cabo del día y cuando se aproximaba el atardecer nuestra búsqueda que había sido casa por casa preguntando a los vecinos, los cuales nos miraban con una cara de sorprendidos y más de alguno creyendo que estábamos en plan de “tomarles el pelo” (cachondeo), quien escribe tuvo la suerte de tocar una puerta de una sencilla casa pero que reflejaba de alguna manera la vida de hogar de una familia sureña de nuestro país.

Escribo en primera persona, pues fue a mí quien abrió la puerta de su domicilio una señora de gafas ópticas, joven, de sonrisa agradable. Esto me dio el ánimo necesario para preguntarle sin rodeos que buscaba a una familia que en el año 1998 cuando viajaban desde Los Ángeles a la ciudad de Purén y al tener un Ovni muy luminoso casi a 70 metros de su automóvil se había concretado una repentina recuperación de un niño que decía llamarse Gabriel y que estaba en un estado bastante grave de salud… la respuesta fue… Aquí está mi hijo Gabriel totalmente sano hasta el día de hoy …. y me abrió la puerta de pleno de su casa y pude observar a un joven delgado, de aspecto intelectual que estaba frente a un ordenador quien me estiró la mano y me saludo educadamente. Rápidamente llame a mis compañeros de esta búsqueda quienes se añadieron al grupo y comenzamos una agradable tertulia en el living de la casa junto a la familia en pleno.
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Efectivamente, la Sra. Asbel Ortega Flores, nos relato en forma exacta lo declarado en sus primeras declaraciones y que después realizó y quedo plasmada en la forma que les presentamos más arriba. Hablaba con entusiasmo y mirando a su hijo Gabriel quien confirmaba lo que decía su madre. Nuestra visita duro un par de horas de las cuales pudimos extraer algunos datos interesantes para realizar comparaciones con otros casos parecidos que han ocurrido en el mundo. Se veía una familia compacta , joven y con mucha proyección a un futuro, y lógicamente con la salud de Gabriel muy estable.

No vamos a entrar en el extenso interrogatorio que realizó nuestro colega Ramón Navia-Osorio, donde se tocaron algunos puntos muy personales de la familia misma y que creemos que por respeto a su intimidad y también para no entorpecerles su vida - pues estamos publicando la parte principal de su experiencia - la omitiremos, pero no podemos dejar de mencionar que algunos paralelismos que salieron a relucir , de los que generalmente se denominan “coincidencias o casualidades” los cuales se han hecho presentes en sus vidas para beneficiarles en momentos difíciles que pasan. Efectos ya registrados en otras investigaciones y que están en pleno desarrollo de investigación.

Una vez terminado nuestro encuentro y con la “mosca detrás de la oreja” no logramos situarnos en la realidad de una sanación provocada por una extensa luz que provenía de un Ovni y que al parecer tiene implicancia todas duda con la mejoría repentina de Gabriel, PERO… necesitábamos un documento, algo que un especialista en esta enfermedad del niño Gabriel nos confirmara su mejoría. En este apartado y por experiencia propia sabemos que los gremios como los de los médicos y otros profesionales se cierran como una ostra y no les gusta firmar nada al respecto, menos si hay algo que no entienden ni conocen…

En este punto y gracias a la meritoria labor de nuestro acompañante el ex Mayor de Carabineros ya mencionado más arriba, quien con una paciencia y dedicación constante y ganando por cansancio las trabas burocráticas, logro después de insistentes cartas al Doctor quien atendió aquella noche la urgencia de Gabriel logro el parte médico “escueto pero realizado al momento” y donde el facultativo termina su escrito con la que nos confirma finalmente que aquella noche ocurrió algo especial.

La frase es… en aquella oportunidad hubo hechos para los que no tengo una explicación lógica conocida.
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Autorización de la Sra. Asbel Ortega para que el ex Mayor de Carabineros Raúl Gajardo Leopold pudiera acceder al informe médico de aquella noche cuando examinó a Gabriel.
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Aquella noche el Doctor que atendió a Gabriel dejó reflejado en este boletín de atención medica su falta de explicación ante un hecho extraño, fuera de contexto dentro de su especialidad
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Todo estaba dicho, sólo quedan las mismas preguntas que nos hicimos al principio y otras muchas veces.

¿Es posible que la sanación repentina de Gabriel haya tenido conexión directa con aquella luz increíble que acompaño el automóvil de su madre aquella noche?

Aunque siempre reservados y a la expectativa de otro tipo de explicaciones las cuales no encontramos hasta el momento, pensamos que el efecto de aquella luz y que no sólo afecto a Gabriel sino también extensible a su madre y abuela pues ambas se sintieron invadidas por un calor intenso de los pies a cabeza, nos indica que “algo” estaba pasando en aquel momento en aquella oscura ruta cerca de Tritren camino a Los Sauces.

En trabajos posteriores hemos localizado varios episodios más en la misma ruta de luces similares, y curiosamente siguen a los automovilistas , incluso haciendo un poco de hemeroteca hemos encontrado que el diario “Crónica” de Concepción el día Lunes 21 de Octubre de 1968 trae como noticia que en la misma zona hubo extraña persecución por un “platillo volador muy iluminado” a un vehículo fiscal (una ambulancia) en la cual viajaba el director del Hospital de Pirén doctor Jaime Reyes Aroca, el chofer de la ambulancia Humberto Ewrt y el estadístico José Marángel Burgos. Este hecho ocurrió en la cuesta denominada de “Los Caracoles” en el camino de Los Sauces a Purén. Este hecho causo un amplio despliegue de las autoridades locales para investigar que había pasado realmente. Al día siguiente varios lugareños distantes a 10 kilómetros de Purén informaron que vieron un extraño aparato descender en terrenos rurales. Los campesinos no quisieron acercarse y declararon que como a las seis de la madrugada el aparato despegó en dirección a la Cordillera de Nahuelbuta. Las investigaciones posteriores no pudieron confirmar este último hecho ni encontraron el lugar ni evidencias físicas de lo que comentaban los lugareños.
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Hasta aquí nuestro testimonio de lo que tenemos hasta el momento. Sólo les podemos presentar los documentos que hemos adquirido que avalan lo expresado pero en ningún momento nos da una explicación de lo que ocurrió aquella noche a la familia Flores.

Raúl Núñez

Ramón Navia-Osorio
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