Delegación fundada el 3 de Abril de 2003

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MI VISIÓN DE LA HISTORIA , DEL DOGMA CRISTIANO Y DE LA VIDA HUMANA EN SU ENTRONQUE CON LA OVNILOGÍA
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Los varios escritos que preceden a éste, son como una preparación para las verdades fundamentales que voy a describir. En algunos de ellos admito que pueden habérseme colado errores, porque el tema es vasto y profundo y la desinformación que en torno a ellos ha habido es enormemente inteligente y maliciosa tanto por parte de las autoridades humanas como de los poderes suprahumanos que tienen esclavizada a la raza humana. Pero creo que mis afirmaciones iban en la recta dirección.

En este escrito pretendo empalmar o consensuar los fundamentos de todas las religiones, y muy en concreto las enseñanzas del cristianismo, con lo que hemos aprendido tras 70 años del estudio de los ovnis. En realidad, la ovnilogía está en el fondo y en la raíz de todas las religiones, sin excluir el cristianismo y en el fondo de la mayor parte de la casuística paranormal con la que están todavía tan entretenidos tantos “ufólogos” e investigadores de lo paranormal. Comprendo que al decir esto me echo de enemigo al mundo cristiano y a los amantes del misterio pero es lo que me parece que está más cerca de la realidad.

Salvador Freixedo
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El cristianismo con su dogma del pecado original y en sus enseñanzas sobre la creación de Adán y Eva y del paraíso terrenal y la serpiente, se acerca mucho a la verdad, pero se queda a medio camino. La serpiente del paraíso era el mismo o los mismos seres “reptilianos” y “draconianos” de que hoy nos habla la ovnilogía moderna y que son los verdaderos dueños de este mundo. En la actualidad siguen tratando de engañar a los humanos igual que engañaron a nuestros “primeros padres”, aunque ahora de una manera mucho más global. La Biblia dice de una manera un tanto mitológica, lo que hoy contemplamos y padecemos de una manera real.
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Ya en la propia Biblia se echan de ver las batallas “que hay en las alturas” y que también se dan en la actualidad, entre estas entidades malignas que nos dominan y que surcan nuestros cielos es sus misteriosas naves. Porque vemos que el Yahvé que se presentaba como amigo de Adán y Eva, era un gran enemigo de la serpiente y de hecho les dijo que no creyesen en sus mentiras.
Pero, basados también en la propia Biblia, descubrimos que el tal Yahvé era tan engañoso y tan enemigo de la raza humana como la propia serpiente. Y lo descubrimos porque vemos cómo fue su conducta no sólo con nuestros “primeros padres”, a los que sin misericordia expulsó del paraíso, sino con el que más tarde sería su “pueblo escogido”, al que defendió siempre muy mal, permitiendo que en realidad se haya convertido en el pueblo más apaleado de la historia.
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Comprendo muy bien que este nuevo enfoque negativo del Dios del Pentateuco hace que esta nueva “teología” que aquí estoy pergeñando se convierta automáticamente en herética. Pero la gran diferencia entre las teologías de las religiones importantes y esta nueva “ovniteología” radica en que aquellas están basadas o en puras mitologías o en hechos tan lejanos en el tiempo que se han ya distorsionado en gran manera y se han convertido prácticamente en mitológicos. Admito que la mayoría de ellas se iniciaron basadas en hechos reales, al igual que sucedió con las creencias del judeo-cristianismo,pero el desarrollo intelectual de aquellos pueblos no estaba tan avanzado como en la actualidad y fueron fácilmente engañados por los falsos “dioses” que se les aparecían.

Yo admito que las apariciones de Yahvé a Abraham primero y más tarde a Moisés fueron reales. Y lo admito porque, conocedor como soy de la vastísima fenomenología paranormal con la que nos encontramos a lo largo de la historia, (por mucho que la megaciencia la ignore) no tengo más remedio que hacerlo si no quiero caer en el cerrilismo de muchos científicos y pseudocientíficos negadores de todo lo que desconocen. Pero de aquellas apariciones a Abraham y Moisés, a todo el enorme y complicado tinglado dogmático y ritual que a lo largo de los siglos se ha ido formando tanto en el seno del judaísmo como en el del cristianismo, hay un gran trecho. Un trecho por otra parte bastante explicable dadas la muchas carencias y defectos de la mente humana.
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Del islam se puede decir otro tanto. De las instrucciones que el “arcángel Gabriel” le dictó al contactado Mahoma a las “sharias”,”yihads”, “burkas” y “mujaidines” hoy tan frecuentes y normales entre los seguidores del islam, hay un mundo.
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Los teólogos de las grandes religiones consideran su ciencia algo muy elaborado y como el fruto de mentes refinadas asistidas por el propio Señor a quien tratan de ensalzar y describir para beneficio de las gentes. Y por supuesto miran con un compasivo desdén las creencias y ritos semisalvajes de pueblos más primitivos, adoradores de seres demoníacos o imaginarios que ellos dicen se les aparecían en tiempos remotos en medio de la espesura. Pero los teólogos cristianos se olvidan de que los inicios de sus profundas teologías no son mucho más elevados que los de estos primitivos y tienen también sus raíces en otro extraño ser que se aparecía en una nube flamígera y tonante y que mandaba, al igual que los “dioses” de las otras religiones, que le sacrificasen reses y que reservasen para él la sangre y la grasa.(¡¡¡) Y ese es en definitiva y aunque no nos guste, el dios que se nos presenta en el Antiguo Testamento.

Con el paso de los tiempos, en el cristianismo apareció un extraordinario personaje con el que se intentó tapar el gran agujero negro que había dejado el dios del Pentateuco. El personaje es Jesús de Nazaret del que hablaremos más tarde porque indudablemente tiene una enorme importancia en toda esta nueva “ovniteología”.

Si el lector ha leído atentamente varios escritos precedentes, [Reflexiones sobre el Mal I y II, y Trilogía para pensar] estas afirmaciones no le cogerán por sorpresa y sabrá de sobra que el fundamento de la “ovniteología” radica en nuestra creencia de que este mundo está dominado por inteligencias malignas suprahumanas ayudadas por las autoridades humanas corruptas que consciente o inconscientemente obedecen sus mandatos.

El propósito específico de este escrito es mostrar la veracidad que en el fondo tienen las enseñanzas iniciales y fundamentales del judeo-cristianismo, al mismo tiempo que acusar su parcialidad y las falsedades y excrecencias con que se han ido contaminando a lo largo de los siglos.

Esta convicción de que un espíritu o espíritus malignos son los que dominan el mundo, lo vemos ya apuntado en el Nuevo Testamento en el que 511 veces se habla de ellos y en donde, inexplicablemente, Cristo al demonio le llama “príncipe de este mundo” y san Pablo va aún más lejos al denominarlo “dios de este siglo” (2 Cor. 4,4)

En el capítulo 20 del Apocalipsis se dice que tras muchos años de estar preso (“mil años”), “Satanás estará suelto por un breve tiempo y saldrá a seducir a las naciones de los cuatro extremos de la Tierra ”. Y me pregunto si no será ahora ese tiempo. Nunca he sido nada devoto del Apocalipsis porque lo veo demasiado parecido a lo que reciben muchos contactados en sus “comunicaciones” (“channelings”) actuales. Pero, al igual que en muchas de las “comunicaciones” de los contactados, entre las abundantes mentiras y verborrea con la que los intoxican suele haber cosas interesantes.

El punto crucial de este escrito es mostrar la total identificación de este “Príncipe de este mundo” y sus legiones –de las que también nos hablan los apóstoles Pedro y Pablo- con los misteriosos personajes que en la actualidad vemos surcar nuestros cielos. Son los mismos personajes aunque hoy se nos presenten bajo una apariencia totalmente diferente y más de acuerdo con la mentalidad de los hombres de hoy. Pero en el fondo conservan los mismos rasgos fundamentales que Cristo les asignó: Les gusta pervertir a los hombres y les gusta el engaño y la muerte.(Jn. 8,44)
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Hace ya unos cuarenta años apareció en Estados Unidos un librito escrito por dos protestantes pentecostales en el que abiertamente se decía que los tripulantes de los ovnis eran nada menos que demonios. Y por las misma fechas un famoso periodista católico francés, escribió un artículo en el que afirmaba que los ovnis eran vehículos tripulados por seres angélicos que venían a ayudar a la humanidad descarriada. Por supuesto, los “ufólogos” de aquellas fechas, que, a pesar de nuestra buena voluntad, apenas teníamos idea de lo que estábamos hablando, sentenciamos que tales ideas eran fruto del fanatismo de sus autores. ¡A quién se le ocurría confundir a unos avanzadísimos astronautas procedentes de otras galaxias con un Satanás inexistente y fruto del fanatismo! Pero ¡qué equivocados estábamos! Aquellos “fanáticos”, aun estando lejos de la verdad, estaban mucho más cerca de ella que nosotros los “doctores” en la inflada “ovnilogía” de los años 60 y 70.
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En tiempos modernos hemos tenido pruebas renovadas y muy concretas del pensamiento de la jerarquía eclesiástica en este particular. Hasta el Concilio Vaticano II, los sacerdotes de todo el mundo, al terminar la misa, se arrodillaban al pie del altar y rezaban una muy peculiar oración contra Satanás. Había sido impuesta el año 1886 por el Papa León XIII que era el propio autor de la misma. El origen de esta plegaria, -según algunos liturgistas un poco extemporánea en la celebración de la Eucaristía-, es bastante curiosa, pero muy confirmadora de lo que estamos tratando.
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He aquí cómo lo describe el padre Domenico Pechenino:

“No recuerdo el año exacto. Un mañana, el Sumo Pontífice León XIII había celebrado la santa misa y estaba asistiendo a otra de agradecimiento como era habitual. De pronto le vi levantar enérgicamente la cabeza y mirar por encima del celebrante. Miraba fijamente sin parpadear pero con un aire de terror y maravilla, demudado. Algo extraño, grande, le ocurría. Finalmente como volviendo en sí, con un ligero pero enérgico ademán, se levanta. Se le ve encaminarse hacia su despacho privado. Los familiares le siguen con premura y ansiedad: Le dicen en voz baja: “Santo Padre ¿no se siente bien? ¿Necesita algo?” Responde: “Nada, nada"
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“Se encierra en su despacho y al cabo de media hora hace llamar al secretario de la Congregación de Ritos y, dándole un folio, le manda imprimirlo y enviarlo a todos los obispos diocesanos del mundo. ¿Qué contenía? La oración que rezamos al final de la misa junto con el pueblo, con la súplica a María y la encendida invocación al príncipe de las milicias celestiales, implorando a Dios que vuelva a lanzar a Satanás al infierno”

“Luego comentaría: ‘Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios diciendo que él podría destruir la Iglesia y llevar a todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder'. Satanás le pidió permiso a Dios de tener cien años para influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo. Pudo ver también a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno”.

La visión tuvo tal impacto en la mente de León XIII que además de esta oración, que mandó rezar todos los días y repetidas veces en todas las iglesias católicas del mundo, escribió de su puño y letra un exorcismo especial contenido en el Ritual Romano que recomendaba a obispos y sacerdotes para que lo rezaran con frecuencia.

La oración para el fin de la misa era la siguiente : San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.

Algo menos de un siglo más tarde, el pontífice Paulo VI volvió a insistir en la presencia y actividad dentro de la iglesia y en el mundo entero, de una fuerza real, maligna y muy poderosa que tradicionalmente en la teología ha sido siempre denominada como “Satanás”. Cuando el pontífice habló sobre ello, prácticamente toda la prensa mundial, incluidos muchos medios conservadores y hasta pro católicos, lo criticaron fuertemente como ultraconservador y aferrado a creencias arcaicas lo cual le produjo una gran tristeza. Sin embargo tanto él como algún jerarca de gran peso en la iglesia como el cardenal Suenens, insistieron en la realidad y en la actividad de esta presencia demoníaca en la Iglesia y en la sociedad humana.

En nuestros días, Su Santidad Juan Pablo II, ya sin complejos ningunos y enfrentándose al pensamiento generalizado, aun entre muchos cristianos, de la inexistencia del demonio como un personaje real, ha repetido en diversas ocasiones y documentos que “el demonio sigue vivo y activo en el mundo”. De ello habló abiertamente en seis solemnes audiencias y sobre todo en el discurso que pronunció el 24 de mayo de 1998 en Turín, ciudad que pasa por ser una especie de “vaticano” de toda la demonolatría mundial.

En estas audiencias, Juan Pablo II, sin citar para nada la presencia de seres extrahumanos entre nosotros, puso el dedo en la llaga en cuanto a la manera que estas inteligencias malignas –satánicas para él- tienen de actuar en nuestros días; inconscientemente asimiló ciertas tácticas demoníacas con las de los tripulantes de los ovnis. Por ejemplo, instan a que no creamos en su existencia. Satanás lo hace influenciando las mentes de algunos teólogos progresistas e intelectuales, y los suprahumanos rodeando sus manifestaciones de circunstancias extrañas que dejan siempre la duda en el ánimo de los testigos. Según Juan Pablo II, el demonio se ha infiltrado en las mentes de las grandes autoridades de este mundo –al igual que los malignos visitantes extrahumanos- y ha logrado que promulguen leyes injustas, antihumanas y perversas porque , dice el Papa, de esta manera logran “que el mal se transforme en un pecado estructural”. Es decir que la perversión se hace legal. Y eso es lo que exactamente está sucediendo a gran escala. Estas malignas inteligencias están valiéndose de las grandes autoridades mundiales y de las Instituciones Internacionales par ir poco a poco implantando, por medio de leyes supranacionales de cumplimiento obligatorio en todas las naciones, sus ideas depravadas que poco a poco llevan a la corrupción de la sociedad y que impiden que en el mundo reine un clima de paz y comprensión entre la naciones.

Un claro ejemplo de esto lo tenemos en la ONU , que habiendo comenzado como una Organización Internacional para facilitar el encuentro y la comprensión de los diversos pueblos y culturas, se ha convertido poco a poco en un instrumento para la introducción de leyes no sólo anticristianas sino también antihumanas. Por ejemplo la ley del aborto libre, que poco a poco diversas agencias dependientes y subvencionadas por la ONU , están introduciendo en todas las naciones. Mediante ella se asesinan cada año en el mundo a millones de seres humanos que estaban en camino de convertirse en hombres y mujeres cabales, y se deja heridas psicológicamente a tantas mujeres que a la larga lamentan y se arrepienten de haber colaborado en el asesinato de su propio hijo. Las organizaciones dependientes de la ONU , como UNICEF, SALUD REPRODUCTIVA, PATERNDAD PLANIFICADA, etc están siguiendo la misma política destructiva anticristiana y antihumana. Uno de sus proyectos disimulados, (valiéndose de la teoría del peligro de la superpoblación mundial), consiste en despoblar África y limitar la natalidad en los países atrasados que poseen riquezas naturales estratégicas para las grandes industrias de los países desarrollados. En vez de ayudar a esos países a matar el hambre, organizarse y salir de su atraso y su pobreza, les regalan toneladas de abortivos y condones y por otra parte los privan de otras ayudas más útiles si no se atienen a sus directivas.

La moderna ovnilogía, después de muchos años y habiendo tenido que salvar mucha desinformación proveniente de las grandes autoridades humanas y suprahumanas, ha logrado acercase bastante a la agenda de estas inteligencias reptilianas que desde las sombras gobiernan el mundo y que fundamentalmente coincide con lo que la iglesia nos ha dicho siempre que es la agenda de Satanás. Según los mejores investigadores, los reptilianos son seres perversos, unos rebeldes dentro del buen orden de la Creación , (al igual que Luzbel y sus seguidores en la teología cristiana) que gozan con el mal. Lo que pretenden con la humanidad es, por una parte, su perversión en todos los sentidos y por otra hacerla su esclava sin que ella se dé cuenta.
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He aquí cómo James Bartley define las actividades de los “reptilianos”: “Estos híbridos reptiles-humanos son la fuerza principal que actúa en el fondo de toda la extendida maldad y crueldad que vemos en la Tierra. El uso de muchos humanos como esclavos sexuales, el negocio de la pedofilia, el tráfico internacional de drogas con todas sus miserias, la tortura, el genocidio, los experimentos con humanos, el envenenamiento e intoxicación de los ambientes etc, todo proviene de la mente de estos seres”.
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Las muy variadas actuaciones satánicas que encontramos en las crónicas de la Edad Media , incluidos los episodios de íncubos y súcubos, a las que tan poca credibilidad se les había otorgado hasta hace algunos años, las vemos en la actualidad repetidas y testificadas por miles de testigos inmediatos de los que no podemos dudar. En aquellos tiempos a sus autores se les llamaba demonios; hoy se les llama extraterrestres, pero son los mimos seres. Unos seres reales, ni mitológicos, ni virtuales, ni imaginarios, ni pertenecientes a la psiquiátrica teoría de la “falsa memoria”, ni fruto de recuerdos de sueños o del trauma del nacimiento. Se diferencian de nosotros en que son ultradimensionales, es decir, que no están limitados por las dimensiones, -incluido el espacio y el tiempo-, en que nosotros estamos aprisionados. Cuando actúan en nuestro mundo, lo hacen de una manera tan real como la nuestra a juzgar por las muchas pruebas físicas que de ello tenemos.

Esta ultradimensionalidad les confiere unas capacidades que nosotros no poseemos y que a priori se nos hace difícil admitir, pero que si queremos ser honestos y no encerrarnos en nuestra ignorancia, no tenemos más remedio que admitirlas dada la cantidad y la calidad de los testigos con los que cuenta.

He aquí cómo Karla Turner define algunas de estas increíbes capacidades de los “demonios” que en nuestros días pilotan la mayoría de los platillos volantes. Muchas de ellas las padeció ella en sus propias carnes, hasta que la hicieron perecer por ser demasiado rebelde a los que la querían dominar:
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Pueden hacer desaparecer un coche de la carretera sin que los demás coches se den cuenta.
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Pueden penetrar en la mente cuando les plazca.
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Pueden entrar sin problema en una vivienda o habitación tanto de día como de noche.
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Pueden interferir con un infante cuando aún está en el seno materno.
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Pueden abducir a un niño de la cuna sin que se sepa cuándo.
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Pueden interferir y cambiar las relaciones entre los humanos, tanto las sociales como las amorosas.
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Pueden causar enfermedades.
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Pueden causar problemas mentales y generar adicción a las drogas.
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Pueden causar guerras y crear generaciones de gentes amorales y sin amor.
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A estas capacidades que nos señala Karla Turner, se le podían añadir unas cuantas más que aunque menos visibles y más a largo plazo, son de mucha más trascendencia. Según algunos investigadores los “demonios” de hoy están mucho más ocupados en ellas que en las clásicas apariciones de todo tipo de tiempos pasados.

Estas actividades, de una perversidad verdaderamente luciferina, son la introducción en el organismo de genes que inclinen a los individuos a la homosexualidad o a una sexualidad desenfrenada, a la pornografía infantil y pedofilia, al asesinato sin causa alguna o hacia el gusto por la tortura y todo tipo de depravación y autodestrucción y en muchos casos hacia el suicidio. La gente desconoce la enorme cantidad de suicidios que se producen en el mundo, la mayoría de las veces sin causa aparente. Sólo en Japón se suicidan diariamente entre 80 y 100 personas y en internet hay 20.000 páginas animando al suicidio.
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Es cierto que desviaciones y vicios como estos se han dado en todos los tiempos pero no se puede negar que en nuestros días da la impresión de que está habiendo una especie de explosión de todos ellos, con el agravante de que muchas veces son las grandes instituciones internacionales, los Estados y ciertos ocultos y poderosos “lobbies” los que los propician y financian, aun yendo contra el sentir de la mayoría de los ciudadanos.

Un ejemplo de esto lo tenemos en el gobierno de Rodríguez Zapatero, que siguiendo las aberrantes directrices del feminismo de género, quiere por medio de la Educación para la Ciudadanía , sexualizar cuanto antes a la infancia y presentar la bisexualidad y la homosexualidad como opciones eróticas completamente normales totalmente equiparables a la heterosexualidad. Todo esto no es más que la consecuencia o si se quiere la profundización de la tesis que intenté exponer en el libro La granja humana .

Allí fundamentalmente traté de exponer que este planeta con sus habitantes, es como una granja de otros seres extrahumanos, pero no me detuve ex profeso a especificar quiénes ni cuántos eran los dueños de la granja ni a exponer cuáles eran sus más importantes intereses e intenciones. Por lo tanto, antes de pasar a la parte más profunda de todas estas consideraciones, será bueno que reflexionemos un poco sobre la diversidad de los dueños de la granja, porque por lo que hemos aprendido en todos estos años, son muchos y muy diferentes en sus orígenes, en sus capacidades y en sus intenciones.

Esta es una deducción que tenemos que hacer a juzgar por sus muy diferentes formas físicas o parafísicas y sus maneras de actuar, que no acabamos de explicarnos porque muchas veces nos parecen completamente absurdas y contradictorias. Esta contradicción en su manera de actuar podría ser muy bien parte de una estrategia para que la humanidad siga en su eterna confusión y duda acerca de la existencias real de ellos y de su presencia entre nosotros.

Son varias las conclusiones de índole general a las que tras 50 o 60 años de observaciones hemos podido llegar. He aquí unas cuantas:
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1)
Parece que algunos están en desacuerdo con la manera de actuar de otros y de alguna manera les obstaculizan su trabajo. Hay testimonios de auténticas luchas entre ellos.
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2)
Por el contrario, hay alianzas entre bastantes de ellos pues aun teniendo formas físicas completamente diferentes, en muchas ocasiones se les ha visto actuar juntos.
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3)
Algunas “razas” son mucho menos avanzadas y parecen estar supeditadas a otras y a su servicio
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4)

Las “razas” más avanzadas tienen el poder de clonar o de fabricar entidades a las que pueden dotar de una inteligencia rudimentaria. Estas entidades pueden ser copias perfectas de seres humanos. (poner más de K Turner).

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5)

Bastantes de ellos parecen tener un gran interés en todo lo que se refiere a la multiplicación de la especie y por ello observan muy de cerca cómo es la nuestra e interfieren en ella de muchas maneras .

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6)
No todos los visitantes tienen formas humanoides. En muchas ocasiones se han visto formas animalescas capaces de interactuar inteligentemente con los humanos. Los reptilianos son unos de ellos y, al parecer, los de mayor categoría.
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7)
Una cosa en la que parece que están todos de acuerdo, por muy diversos que sean sus orígenes, sus capacidades y sus intenciones, es en no manifestarse claramente con el fin de que los humanos no caigamos en la cuenta de que no somos lo únicos seres inteligentes que pueblan este planeta. Se dejan ver aisladamente pero dejando siempre tras de sí la duda de la realidad de lo visto.
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Todavía podríamos añadir muchas otras convicciones a las que hemos llegado tras tantos años de avistamientos, contactos y abducciones. Pero con las enumeradas, ya podemos hacernos una idea de que los “nohumanos” distan mucho de ser una “raza” uniforme y de que más bien, en cuanto a su variedad, se parecen al mundo vegetal y animal en los que hay una diversidad infinita.

Esta variedad –a veces contradictoria- la vemos reflejada en la multiplicidad de las creencias religiosas que también con gran frecuencia son contradictorias entre sí. Si admitimos que estos “dioses” que se nos aparecen en ovnis son los mismos que se les aparecían y se comunicaban con los fundadores de todas las religiones y si son tan diferentes unos de otros, no tiene que extrañarnos que las religiones acusen en sus creencias todas estas diferencias y contradicciones.

Las diferencias entre todos estos visitantes, si son grandes en cuanto a lo material y visible, (por ejemplo en las formas de sus vehículos), son aún mayores en lo mental y espiritual. Como dijimos, algunas “razas” tienen mucho más poder que otras. Las menos evolucionadas y por lo tanto menos poderosas se ocupan preferentemente de cosas materiales y físicas (obtención de productos, energía, reproducción, etc). Interfieren con los humanos en cuanto pueden obtener de ellos las cosas más o menos materiales que les podemos brindar, incluso la energía mental que producimos con nuestra mente, mediante el miedo, la excitación, el entusiasmo o incluso el dolor. Las “razas” o “los dioses” más evolucionados y de un desarrollo mental muy superior al nuestro y al de estas “razas” inferiores, buscan en nosotros algo mucho más sutil y por otra parte mucho más difícil de obtener. Para lograrlo tienen una inteligencia muy superior a la nuestra y una enorme capacidad de manipular nuestras mentes. Estas razas más “avanzadas” son las que nos interesan porque son las que tienen una relación más profunda con los humanos, aunque sea mucho menos llamativa que la que tienen otros “extraterrestres” más conocidos como son los famosos “grises”. De éstos conocemos muchas variedades y para mucha gente son los que componen la mayoría de nuestros misteriosos visitantes. Probablemente son más abundantes que los más avanzados, sin embargo su influencia con los humanos es mucho menos importante.

A estos últimos les llamo siempre más “avanzados” y me abstengo de decirles más “evolucionados” porque la realidad es que su evolución ha sido más bien una involución. Han evolucionado hacia la maldad y hacia la perversión. Estos son los auténticos demonios a los que la Iglesia se ha referido siempre. Son los “espíritus malignos” a los que se refería San Pablo cuando en su carta a los efesios dice:
“nuestra lucha no es contra la carne ni la sangre sino contra los Dominadores de este mundo, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas”( Ef. 6, 12) Es el mismo Satanás que vemos en el evangelio apareciéndosele a Cristo y tratando de engañarlo. (Mt.4)

La razón de que en la moderna ovnilogía a estas malignas inteligencias se les llame “reptilianas” es porque en ocasiones algunos contactados o abducidos han visto que los rasgos faciales de los seres que trataban con ellos eran como de ofidios. Es muy curioso que en la Biblia , Satanás también aparezca como una serpiente y que los dioses malignos en varias mitologías, y especialmente en la mitología oriental, se representen también como dragones.
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Una de las muchas ayudas que Hollywood le ha prestado al encubrimiento de esta tremenda realidad, fue la famosa serie de los lagartos. Al presentar aquella serie como una pura ficción, la gran masa quedó vacunada para no admitir en el futuro como real nada que se pareciese a aquello. Sin embargo, aparte de los muchos casos que uno ha podido encontrar en los libros, conozco personalmente a personas de las que no puedo dudar , que me han asegurado haber sido testigos directos –y en cierta manera víctimas- de desagradables episodios con seres reptilianos. ¿Está siendo también usado en la actualidad David Icke al igual que fue usada la serie de los lagartos?
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Llegados a este punto sería muy conveniente que volviésemos al principio del escrito cuando escuchábamos a varios pontífices decir que “el demonio andaba suelto”.

Y aquí no tenemos más remedio que abordar un tema que siempre ha disgustado mucho a los teólogos cristianos: las doctrinas gnósticas con su creencia en un Demiurgo. De nuevo nos volvemos a encontrar con creencias que florecieron en el cristianismo primitivo y que, aunque mutiladas, han durado hasta nuestros días. La rebelión de Luzbel con sus miríadas de ángeles contra Dios es una creencia que entra dentro de la tradicional ortodoxia cristiana. Los teólogos no le han prestado a esta creencia y a esta rebelión la misma atención que le han prestado a otros aspectos de la teología, pero ella ha estado siempre presente en las enseñanzas de la jerarquía.

En el cristianismo sucedió lo que ha pasado en todas las religiones: en cuanto se murió el fundador comenzaron a aparecer todo tipo de videntes e iluminados que mezclaron viejas creencias con las enseñanzas auténticas del fundador, más lo que ellos añadían de sus propias visiones e imaginaciones. Las creencias gnósticas, muy probablemente anteriores al cristianismo, sostenían que ciertos espíritus angélicos muy poderosos se habían rebelado contra Dios y que ellos eran en cierta manera los que habían creado este mundo y que por lo tanto ellos eran los verdaderos señores de todos los seres humanos. Estas creencias estuvieron más o menos presentes en el cristianismo durante dos siglos. El año 180 san Ireneo de Lyon hace una seria advertencia contra ellas. Cuando el gnosticismo fue definitivamente condenado, muchas de sus otras complejas y extrañas creencias fueron abandonadas, sin embargo la idea de una gran rebelión de ángeles contra Dios y la de un malvado Demiurgo dominador de este mundo, ha perdurado hasta nuestros días. A este Demiurgo o falso dios, junto con todos los otros espíritus que le siguieron en su rebelión contra el Creador, podríamos identificarlo perfectamente sin forzar nada las creencias cristianas, con el Satanás de que nos hablan los Papas y con los reptilianos de que nos habla la ovnilogía.

Como hemos visto, en la ovniteología no hay problema para explicar la existencia y la personalidad del Yahvé del Pentateuco. Sencillamente es un “espíritu maligno” más, a juzgar por lo que la misma Biblia nos dice de él. Se disfrazó de Dios al igual que hicieron la mayoría de las divinidades de las otras religiones. Sin embargo es mucho más difícil explicar la figura de Jesucristo, porque así como los hechos de Yahvé repetidamente nos hablan de una personalidad negativa, celosa, injusta, mentirosa, materialista y rencorosa, la persona de Jesús de Nazaret, a juzgar por sus hechos, se nos muestra como todo lo contrario.

Pero de nuevo nos encontramos con un gran paralelo entre la teología cristiana y la ovnilogía. En el cristianismo, al igual que entre las razas de seres no humanos que conviven con nosotros, siempre se ha creído en la existencia de jerarquías. Los arcángeles son de un rango superior al resto de ángeles buenos (querubines, serafines, tronos etc.). Como también se cree que el número de los ángeles buenos es muy superior al de los ángeles rebeldes. Estos ángeles buenos, sobre los que los teólogos han escrito bastante, tratan de ayudar a los humanos, aunque lo hacen de una manera muy discreta –a mi manera de ver, demasiado discreta- respetando siempre el libre albedrío humano, cosa que no hacen los ángeles rebeldes, que como dice san Pedro, están siempre como leones rugientes prestos a atacarnos.
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Por mucho que el Demiurgo jefe de estos ángeles malos, pretenda ser el dueño absoluto del mundo y por mucho que efectivamente tenga un gran poder sobre sus habitantes, el Creador del Universo no puede dejar del todo abandonadas a sus criaturas. Jesucristo podría ser uno de estos ángeles buenos, de una jerarquía superior, enviado por Dios para hacer reflexionar a los habitantes de este mundo y para liberarlos de los engaños a que el Demiurgo y sus perversos seguidores los tienen sometidos.

Es curioso que en otras religiones, a lo largo de la milenaria historia de la humanidad, también vemos a extraordinarios personajes dotados de una gran bondad que han tratado de ayudar a sus pueblos y de hacerlos progresar en su espiritualidad. Personajes que en no pocas ocasiones han sido también declarados dioses o muy identificados con la divinidad y que también han muerto –la mayoría de ellos crucificados- a manos de los humanos que no aceptaban sus prédicas. Estoy muy consciente de que al hablar así y al despojar a Jesucristo de su divinidad, me aparto de las enseñanzas de la Iglesia , pero si he de ser fiel a lo que he aprendido en todos estos años, no tengo más remedio que señalarlo así.

En ovnilogía sabemos que no todos las inteligencias extrahumanas que conviven con nosotros son negativas sino que también las hay positivas que tratan de ayudarnos y de ello tenemos también muchos ejemplos que conocemos muy bien y que hemos tratado muy de cerca. Pero, como dijimos, nos encontramos con el mismo fenómeno: las positivas son mucho menos activas que las negativas. Éstas han tratado siempre de entrometerse en el trabajo de las positivas y de confundir a los humanos que podrían ser influenciados por ellas. Ésta podría ser la explicación de las muchas desviaciones y errores que vemos no sólo en el cristianismo sino en todas las otras religiones del mundo, en las que al lado de doctrinas y personajes extraordinarios nos encontramos con individuos, ritos, creencias y acciones detestables. Los ejemplos son demasiado conocidos para que nos pongamos ahora a detallarlos.

Ateniéndonos al cristianismo, en él podemos ver con toda claridad esta contradictoria mezcla de creencias y acciones que se hace completamente incomprensible e inexplicable si la consideramos únicamente desde el punto de vista de la ortodoxia. No se pueden casar creencias como la inerrancia bíblica, la asistencia inmediata prometida por Jesucristo o la santidad innegable de muchísimos de sus hijos, con tantas acciones bélicas defendiendo cosas terrenales, con tantas muertes crueles por el sólo hecho de defender ideas propias o con tantos pontífices y obispos corruptos y hasta facinerosos como nos encontramos en los dos mil años de historia de la Iglesia. Esta mezcla de santidad y perversidad o de verdad y de error, que de ninguna manera se puede negar, tenemos todo el derecho a sospechar que es fruto del trabajo de Satanás, del Demiurgo o de los reptilianos, dependiendo de quién la explique.

Dentro del cristianismo podemos distinguir claramente entre lo que ha sido la evolución de la doctrina y de la ascética. En cuanto a la primera, a poco tiempo de la muerte de Cristo ya había cantidad de doctrinas y doctrinarios diferentes que peleaban a veces encarnizadamente entre sí para imponer sus ideas, y a medida que fueron pasando los siglos fueron haciéndose más complicadas la originales y simples doctrinas de Jesús que prácticamente se reducían al “amaos los unos a los otros” y “no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a tí”. Pero los teólogos tenían que tener mucho cuidado con su vocabulario y no hablar a la ligera de uniones hipostáticas, filiaciones “ab eterno” o predestinaciones y otras sutilezas doctrinales porque podrían terminar en la hoguera como de hecho muchos de ellos terminaron.

La evolución de la ascesis, es decir de la puesta en práctica de la doctrina, tuvo también muchas variantes y pronto adquirió como dos niveles: el nivel de la jerarquía y de los cristianos acaudalados y con poder político y el nivel de los simples fieles y del clero devoto, fiel creyente y seguidor de la doctrina del evangelio. Los primeros con mucha frecuencia cayeron víctimas de las tentaciones “del maligno” y se olvidaron de las enseñanzas de Cristo, mientras que entre los segundos florecieron y siguen floreciendo miles de ejemplos insignes de fidelidad a las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Como esto no es ningún tratado de historia de la Iglesia , prescindiré de narrar ejemplos de ambas acciones que supongo no le serán ajenos al lector, a poco que conozca la historia de Occidente.

Quiero sin embargo fijarme en un aspecto muy curioso de la ascesis cristiana que, racionalmente hablando, va contra las leyes de la lógica y del sentido común. Me refiero al ascetismo cristiano en general y muy en particular al de los llamados místicos, de los que tenemos en España eximios representantes. La explicación que de todo el complejo fenómeno dan los teólogos y las autoridades eclesiásticas no es nada convincente, aparte de que nos presenta a un Dios extremadamente cruel.

En la ascética en general y mucho más en la de los místicos tiene un lugar muy importante el sufrimiento. Un agudo sufrimiento que es directamente pedido y causado por Dios y que con mucha frecuencia se ha manifestado en la reproducción de las heridas que el propio Cristo padeció en la pasión. Uno lógicamente se pregunta a qué viene y para qué es ese sufrimiento. La explicación de los teólogos es que mediante ese dolor se redimen las faltas y los pecados de otros. (En otros tiempos y en lenguaje bíblico se diría que ese sufrimiento es para “aplacar la ira del Señor” causada por la infidelidad de su pueblo, aunque actualmente esa manera de expresarse ya no se usa porque se reconoce que Dios no tiene ira).

Pero si la explicación de los teólogos en cuanto al sufrimiento de los místicos, no nos deja satisfechos, la explicación de la ovniteología, en cambio, nos parece mucho más lógica, porque es una secuencia natural de todo lo que venimos diciendo y porque es también una consecuencia lógica del pensamiento que sobre Satanás la Iglesia ha tenido siempre: Que es el padre de la mentira y de la muerte.

En líneas anteriores dijimos que Satanás había desde un principio tratado de confundir las doctrinas de los cristianos, “inspirando” creencias nuevas que entraban en conflicto con las originales. Esta intromisión y engaño no se limitó a la doctrina sino también a las prácticas y ritos. Si hemos de ser sinceros, pensamos que toda la extraña y muchas veces absurda fenomenología que se da en torno a los místicos cristianos –tanto los que la iglesia ha declarado auténticos como los que son producto de una psicopatía- es obra de los “príncipes de este mundo”, no sólo con el deseo de divertirse a costa del humano y de engañar, sino con el más perverso de atormentar a personas inocentes llenas de buena voluntad. Porque ellos gozan atormentando. Y algo muy parecido podemos observar en los místicos de otras religiones. Y de nuevo estoy consciente de que lo que estoy diciendo es algo muy serio y que puede ser usado contra mí por los teólogos y por los “intelectuales” omnisapientes. (Que Dios los bendiga, porque si ellos tienen cerebro, yo también lo tengo y trato de usarlo y no de seguir lo que otros me digan).

Cuando uno conoce bien la agenda de los reptilianos de nuestros días, no se extraña nada de que esto sea así. La refinada crueldad –sobre todo de tipo psíquico- que ejercen sobre muchos de sus contactados, conscientes o inconscientes, se parece mucho a las “noches oscuras del alma” y visiones infernales que vemos en los místicos.

Sin embargo este aspecto del sufrimiento de los místicos no es nada nuevo en la Iglesia porque al fin y al cabo no es más que la repetición de la pasión y el sufrimiento de Cristo en la cruz. Y aquí nos encontramos con una nueva dificultad no pequeña para explicar toda esta fenomenología del dolor dentro de la ascesis cristiana y no sólo en la de los místicos. Y la dificultad consiste en el hecho de que Cristo también fue víctima de estos ataques que terminaron en su crucifixión y muerte. Para explicar el extrañísimo hecho de todo un Dios muriendo en una cruz, los teólogos tienen, magnificada, la misma simple explicación que para los sufrimientos de los místicos: Para redimir a toda la humanidad. Pero aparte de tan simple respuesta, nos preguntamos: ¿Es posible que la pasión de Cristo se haya debido también a la acción de los demonios que vio León XIII en su visión, del Demiurgo de los gnósticos o de los reptilianos de la ovnilogía? ¿Es posible que aquella misteriosa frase de Jesús en su agonía “Padre mío, ¿por qué me has abandonado” se deba a que en aquel momento se dio cuenta de que había sido engañado por el mentiroso príncipe de este mundo? Comprendo el terremoto mental que esta audaz pregunta tiene que producir en un fervoroso creyente en la divinidad de Jesús, y la dejaré flotando en el aire sin ahondar en ella.

El resumen de todo este escrito podría ser que las profundas creencias del cristianismo en cuanto a la existencia , a la esencia y a la presencia de Satanás en este mundo, coinciden con lo que la ovnilogía sabe, no por creencias sino por repetidas experiencias de cientos de miles de hombres y mujeres en todo el mundo. En cuanto a la existencia , a la ovnilogía le consta por las infinitas declaraciones de testigos inmediatos y completamente fidedignos y por la pruebas físicas y materiales que de ello existen, por más que muchos acomplejados “ufólogos” se empeñen en repetir las consignas de los desinformadores de que no existen pruebas. Sí existen y en enorme abundancia y totalmente equiparables a las que normalmente se presentan ante los tribunales de justicia. En cuanto a su esencia , coincide también el cristianismo con lo que pensamos en ovnilogía: Se trata de inteligencias intrínsecamente perversas, que odian al Creador y a todas sus obras, especialmente al ser humano porque ven en él una chispa divina. Y en cuanto a su presencia real entre nosotros, ya hemos visto lo que los últimos Papas dicen sobre ello aun enfrentándose al pensamiento generalizado de los científicos e intelectuales de este mundo y hasta de no pocos cristianos influenciados por ellos. Los que hace años nos dedicamos a estudiar a estos extraños personajes y hemos tenido la suerte o la desgracia de verlos de cerca, no necesitamos más pruebas de su presencia entre nosotros.

Si los ovnílogos quieren estar en la vanguardia de las investigaciones de tan misterioso, profundo y trascendental fenómeno, deberían estar menos atentos a la casuística periférica y secundaria, producto de las múltiples actividades de todos estos diversos “visitantes”, y fijarse más en el creciente estado caótico -y en el fondo antihumano y suicida- en que rápidamente está cayendo la humanidad, producto de la agenda y las estrategias de estos seres malignos, llámense demonios, demiurgos o reptilianos.

El autor:
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BREVE BIOGRAFIA Y BIBLIOGRAFIA:

Perteneciente a la Orden de los Jesuitas durante 30 años, hizo estudios de humanidades, filosofía, teología, ascesis y psicología en universidades de EE.UU. y Europa. Desde la década de 1950 su posición crítica con las posturas de la Iglesia Católica, y la publicación de sus críticas le condujeron a la cárcel.

Desde los años 1970 se ha dedicado a la investigación en el campo de la parapsicología, en especial del fenómeno OVNI, y su relación con el fenómeno religioso y con la historia humana, habiendo publicado varios libros al respecto.

Es Presidente de Honor del IIEE de España.

Algunos de sus libros:
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  • El Diabólico Inconsciente
  • ¿Por qué agoniza el Cristianismo?
  • Curanderismo y Curaciones por la Fe
  • Extraterrestres y religión
  • La amenaza extraterrestre
  • La granja humana
  • Biografía del fenómeno ovni
  • Las Apariciones Marianas
  • Los contactados
  • Los ovnis, ¿una amenaza para la humanidad?
  • Israel, pueblo contacto
  • ¡ Defendámonos de los dioses!
  • El Cristianismo: Un Mito Más
  • Las Religiones que nos Separan
  • Los hijos de la Nueva Era
  • Ellos, Los Dueños Invisibles de este Planeta
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NOTA: Fotos de Salvador Freixedo de autoría del IIEE de Chile, su autor es Raúl Núñez, tienen Derechos Reservados y su utilización debe ser consultada a la Delegación del IIEE en ese país.
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