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LA QUINTA VERGARA, EL MUSEO DE HISTORIA NATURAL, EL TEATRO MUNICIPAL Y HASTA ALGUNAS ESTACIONES DEL METRO TIENEN SUS PROPIOS ESPECTROS. APARECEN Y DESAPARECEN, PERO SIEMPRE ESTÁN AHÍ. SUS HISTORIAS SON DE MIEDO.
Extraños ruidos. Luces que se prenden y apagan. Sombras. Voces, pasos, gemidos y una escalofriante sensación, indican que muy cerca hay un fantasma. Estos, dicen, son la aparición no material de un organismo, generalmente de un muerto, cuya supuesta solidez circula como una masa etérea que sería la réplica exacta de la persona.
"Cuando alguien ha muerto con violencia, producto de un asesinato, violación o accidente es frecuente que posteriormente aparezcan fantasmas", asegura el parapsicólogo miembro de la Federación Internacional de Parapsicología, Andrés Barros Pérez-Cotapos |
Andrés Barros Pérez-Cotapos, y uno de sus libros |
Para poder captar estas presencias, además de necesitarse una muerte violenta -que es el común denominador-, tienen que haber bajas temperaturas. Diversos lugares, casas y edificios de todo el país, son escenario de situaciones paranormales. La presencia y aparición de personajes y ruidos que no tienen explicación lógica, mantienen expectantes a los parapsicólogos que tratan de descifrar los extraños misterios de la vida más allá de la muerte.
Uno de esos fantasmagóricos parajes es el cine del Alto las Condes, los proyeccionistas que ahí trabajan sienten manifestaciones paranormales. Pasos, ruidos inexplicables, visiones de sombras que deambulaban por el área donde desempeñaban su labor. Vanessa, ex trabajadora de ese lugar, tuvo un encuentro cercano "Estaba con un compañero y escuchamos que alguien subió rápidamente por las escaleras. Cuando nos volteamos a mirar no había nadie y el miedo nos paralizó."
Otro lugar con historias tenebrosas es el Museo Nacional de Historia Natural en la Quinta Normal, ruidoso de noche e inocente de día. |
Sala principal del Museo de Historia Natural en la Quinta Normal de Santiago |
"Cuando Grete Mostny -la gran antropóloga, arqueóloga y fallecida directora del museo- se retiraba tarde del lugar, lo hacía con un estafeta que la auxiliaba, porque caminando en la oscuridad repentinamente chocaba con alas peludas. Eran murciélagos, porque al museo le instalaron luz eléctrica recién en 1970", cuenta Teresa Varas, periodista museóloga y ex relacionadora pública de la institución.
"En 1975 escuché rumores sobre la existencia de ruidos y sombras que se deslizaban en el hall central que preside la gran ballena azul. Le pregunté a la doctora Mostny si eran verdaderos. De esas cosas tan raras, yo no me pronuncio", respondía la arqueóloga.
Los ruidos provenían de un agujero en el suelo, ubicado detrás de la cola del esqueleto de la gran ballena, que posteriormente fue cubierto por baldosas.
Teresa Varas cree conocer las causas: a ese lugar, fundado en 1830 por el famoso naturalista Claudio Gay, llegaban carretas con heridos de los llamados hospitales de sangre.
"Percibimos el frío que anuncia siempre la presencia de fantasmas, porque a esos seres las bajas temperaturas les facilitan su corporización, pero no los vimos. Lo que sí sentimos fue un fuerte golpe sordo y otros ruidos cuyo origen era desconocido", relata Andrés Barros, quien el año pasado estuvo un día en el museo para investigar la existencia de fenómenos paranormales.
Sin embargo, antiguos funcionarios que aún trabajan en el museo, insisten que aún se escuchan los ruidos y se ven sombras inexplicables en el inmenso y vetusto edificio, donde reside la enigmática momia descubierta en el Cerro El Plomo.
LA CIUDAD ENCANTADA
Viña del Mar también tiene sus propios fantasmas. En la Quinta Vergara muchas veces se ha aparecido el fantasma de don José Francisco Vergara, quien donó sus tierras para que se fundara la Ciudad Jardín. Blanca Vergara, su hija, se dio cuenta que su padre había dilapidado toda su fortuna. El nieto de Vergara fue quien comenzó a darle pistas a su madre para que no perdiera el dinero. Cada vez que venía un remate, el niño daba señales con las formas que le permitían no quedar arruinada.
Blanca Vergara recuperó parte de su fortuna gracias a lo que le trasmitía su hijo, pero el pequeño murió al cabo de 6 años.
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Quinta Vergara hoy en día – Viña del Mar (Chile)
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"Antes de su fallecimiento siempre dibujaba una figura extraña. Luego de hacerle un escáner, descubrieron que la forma del tumor que tenía alojado en la cabeza era igual al dibujo que hacía el infante", comenta el parapsicólogo Andrés Barros. Hasta hoy, no hay ninguna explicación para ese extraño suceso.
En Viña también se cuenta la historia de don Fernando Rioja, perteneciente a la antigua aristocracia viñamarina, quien casó a su hija con un noble español. Luego del matrimonio, este hombre devolvió a la joven porque no era virgen. La leyenda cuenta que ella habría tenido amoríos con un cochero al que asesinaron. Don Fernando Rioja murió en el palacio que lleva su nombre y su fantasma deambula por las habitaciones tal como vestía en esa época. Su presencia también se ha dejado sentir en el Conservatorio de Música, ubicado actualmente en el mismo inmueble. "El piano del Palacio Rioja suena sin que nadie lo toque", comenta Andrés Barros.
VIVIENDO CON FANTASMAS
Los fantasmas que aparecen frente a los vivos no siempre tienen algo pendiente que saldar. También está el caso de los que pactan aparecer frente a familiares y amigos para avisar algo o dar algún recado. El mismo Andrés Barros vivió esta situación hace algún tiempo. En Santiago, su hermano estaba muy enfermo. Tenía cáncer y le quedaban pocos días de vida. La última vez que estuvieron juntos, él prometió avisarle sobre su deceso. "Yo estaba caminando por Viña cuando veo a mi hermano entrando a un panadería. Corrí hasta el local para saludarlo y no había nadie. Le pregunte a las dependientas del local si habían visto entrar a alguien, me respondieron que sí, pero que no se dieron cuenta cuando había desaparecido". Estaba cumpliendo su promesa.
En el Museo Histórico Nacional, ubicado frente a la Plaza de Armas, se agrega al tenebroso mapa de los fenómenos inexplicables. Allí, en el ala oriente, extrañamente se prenden las luces, pese a que los guardias tienen la seguridad de que las han apagado al cerrar el museo. Justamente en ese sector funcionaron los calabozos que pertenecían al antiquísimo edificio de la municipalidad de Santiago.
El profesor Héctor Pacheco, miembro de la fenecida Sociedad de Parapsicología, explica que la presencia de fantasmas se debe a una muerte violenta y dolorosa, que deja flotando en el lugar de los hechos la energía de la persona que murió. Esta carga de energía se materializa en forma de fantasma cuando alguien, sin saberlo, actúa como elemento catalizador de la misma.
"Probablemente, en todos los museos del mundo hay fantasmas, porque en ellos se exhiben objetos testimoniales de miles de personas. Es quizás por ese motivo, que en ciertas culturas entierran a sus muertos con todos los objetos que los acompañaron en vida”, comenta la museóloga Teresa Varas.
POLTERGEIST
El significado de esta palabra es "espíritus traviesos". Los Poltergeist son las situaciones que provoca el fantasma en un lugar. Una casa o edificio donde han sucedido cosas, como muertes repentinas y muy violentas, queda cargada. Las luces enloquecen, se abren las llaves de agua, hay pasos, ruidos y se caen las cosas. "Es más común sentir polstergeist que ver fantasmas", afirma Barros.
También puede haber manifestaciones de poltergeist como piroquinesis, como ocurría en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Viña del Mar. Antes de que estuviera en ese edificio, allí vivía una mujer muy angustiada que tenía a su hijo en el exilio. Su situación emocional era precaria y se comenzaban a provocar repetidos incendios. "Incluso los propios bomberos tenían una persona de guardia, porque se vivía en incendios permanentes", cuenta Barros. Luego murió y la edificación se vendió a un colegio y luego a la universidad. Los constantes incendios sin explicación que registran los bomberos han dado para muchos mitos e historias que circulan por la Ciudad Jardín.
MITO O REALIDAD
Hay tantas historias de fantasmas como personas hay en el mundo. Pero también hay quienes tienen una mirada más escéptica respecto a estos fenómenos, que la mayoría de las veces no tienen explicación lógica. Dentro de esta categoría, la única entidad que realiza investigaciones desde una perspectiva científica en el país es la Unidad de Estudios de Parasicología de la Universidad Diego Portales. El presidente de la unidad, Sergio Schilling, manifiesta que hay una creencia errónea arraigada en las personas, que piensan que los científicos con sus máquinas pueden medir fantasmas, energías o espíritus, cual 'cazafantasmas' en acción. Pero para lo que realmente sirven las máquinas es para "analizar si los sujetos donde ven estas experiencias están siendo afectados por algún tipo de cosa en el ambiente que está alterando sus percepciones".
Schilling cuenta que investigando lugares con supuestos fantasmas, se han encontrado con alteraciones en la estructura arquitectónica del ambiente, que está relacionada con los sonidos de bajas frecuencias. "Hay ciertos sonidos que están bajo nuestro umbral consciente pero que nos siguen afectando y estos producen sensaciones similares a las descripciones de fantasmas". Por ejemplo, pueden hacer sentir que te están mirando o cuando miras de reojo, puedes ver una sombra.
"Esto pasa porque cuando estás expuesto al infrasonido tu ojo se ve alterado. Al verse presionadas ciertas cavidades acuosas del ojo por esta vibración, se producen alteraciones visuales que pueden dar la sensación que hay alguien detrás de ti y cuando te corres ya no está".
Los sonidos también producen otras alteraciones. Por ejemplo las personas que están sometidas a estas bajas vibraciones se deprimen, se altera su sistema nervioso autónomo y se sienten ahogadas. "Cuando dicen 'está pieza está cargada', nosotros teorizamos que se produce por sonidos que están bajo el umbral auditivo humano", argumenta Schilling. Estos sonidos provienen del entorno.
Los lugares que tienen pasillos largos y paralelos, producen ondas que rebotan, manteniéndose en el ambiente, y potenciándose entre sí. Una ventana abierta puesta en cierto ángulo, produce una entrada de aire que va chocando contra las paredes y produce un infrasonido, y este provoca alteraciones. Inclusive, que la gente se suicide.
"Nos hemos topado con casos así. En un sitio en el centro de Santiago, la tasa de suicidios era más alta que la esperada en cualquier lugar promedio. El ambiente tiene algunas cosas nocivas, que puede alterar nuestra psiquis", asegura Schilling
LA MONJA TRAVIESA
En el mapa fantasmagórico de la capital rutila otro edificio con fantasma propio: la Biblioteca Nacional, edificada en el sitio donde existió el Convento de las Monjas Claras.
La historia de la Biblioteca habla del fantasma de una monja clarisa que se desliza por los pasillos cuando se apagan las luces. La religiosa también hace otras diabluras, como colocar en lugares que no son los propios algunos libros y así se divierte cuando los funcionarios los encuentran fuera de lugar.
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Biblioteca Nacional en pleno centro de Santiago |
Mauricio Vázquez, auxiliar de la biblioteca, relata su encuentro cara a cara con el fantasma: "Eran las 19:30 horas y estaba limpiando el piso en el subterráneo de la sección Seaco, de administración y control de la Biblioteca. Estaba solo. De pronto me doy vuelta y veo a la monja sentada en un escritorio. No hacía nada y se limitaba a estar sentada, toda vestida de blanco, hábito y velo, rostro joven y marmóreo. Tomé el trapero y salí corriendo", relata aún aterrorizado.
La encargada de la sección también tuvo un encuentro con la monja. Ella no vio a nadie. Pero una alta pila de libros que manejaba en un escritorio se desparramó con una fuerza vertiginosa ante sus ojos, a unos siete metros de distancia, sin que nadie interviniera. Naturalmente, huyó despavorida.
El magnífico Teatro Municipal también tiene fantasma de la ópera. Cuando las luces se apagan después del espectáculo, vaga por tramoyas y algunos palcos. Se dice que este sería el alma en pena del bombero Germán Tenderini, que le dio su nombre a la calle adyacente al teatro, y que murió apagando un incendio en el municipal el 8 de diciembre de 1870.
"Los fantasmas no permanecen eternamente en los sitios por los que vagan”, precisa el parapsicólogo Andrés Barros. "Pero tenemos los casos de los de los castillos ingleses, donde al parecer permanecen muchísimo tiempo en los sitios que escogieron como moradas".
METRO FANTASMA
En Santiago existen espacios modernos a los que los cuidadores también les atribuyen fantasmas. Uno de ellos es nada menos que el Metro de Santiago. Sus 40 kilómetros de tendidos, bóvedas y tenebrosos túneles, parecen un hogar perfecto para estas presencias paranormales. Al escenario se suman los suicidios de personas que se han lanzado a sus rieles electrificados. Las estaciones preferidas por los seres sobrenaturales son las de Universidad de Chile y Los Héroes.
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Metro Estación Los Héroes en Santiago |
Pero Santiago también tiene su leyenda urbana como las ciudades de Estados Unidos. Así empezó el caso de la Rubia de Kennedy, la joven que se aparecía en esa avenida con Américo Vespucio.
El profesor Héctor Pacheco investigó la historia que corría de boca en boca.
"Tuvimos la suerte de encontrar un taxista a quien se le presentó el fantasma", y este relató que la mujer, una joven rubia, lo hizo detenerse en Américo Vespucio con Kennedy y le solicitó que la llevara al supermercado Jumbo del sector.
Era de noche y se subió al asiento trasero del vehículo. En la mitad del trayecto le dijo: "Por favor, no vaya tan rápido". Unos metros más adelante el taxista sintió un frío terrible en la espalda y, al darse vuelta, constató que la pasajera ya no estaba. Aterrado se detuvo para verificar que la mujer no se había caído del taxi. Todo fue inútil: la rubia se había desvanecido.
Más tarde, usando la descripción del taxista, supieron que correspondía a la de una muchacha que había fallecido en un violento accidente en la avenida, según afirmaba la familia de la fallecida joven. LND
Archivos IIEE de Chile
Por Carmen Eugenia Bravo/
Viviana Cornejo Alarcón
La Nación
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