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Canfranc: El traslado del tesoro nazi
La historia entre las manos |
La aduana Internacional de Ferrocarril de Canfranc (Huesca-España) fue inaugurada en 1928 como alternativa a las ya existentes en los dos extremos de la frontera española con su vecino francés: Irun (Guipúzcoa) y Port-Bou (Gerona)
Una obra de construcción colosal, la cual hizo desviar el río Aragón y su presentación es de una belleza majestuosa, enclavada entre las montañas pirenaicas y con un paisaje digno de apreciarse con toda la calma posible. Un túnel de ocho kilómetros que unía a Francia y España era la primera intención. Fue cerrada a los doce años de inaugurarla y en el año 1940 fue su primera apertura. |
Una vista de la Estación de Canfranc y Jonathan Díaz con parte de su hallazgo |
La historia de un paseo
Para no cansar al lector, abreviaremos diciendo que en Noviembre del año 2000 el chofer de autobuses francés Jonathan Díaz que hace el recorrido entre las localidades de Orolón-Canfranc-Orolón, encontró documentación de la epoca de la II Guerra Mundial que demostraba en forma concreta el traslado de oro, obras de artes, artículos antiguos de valor, a través de esta frontera entre Francia y España. El hallazgo se realizó cuando Jonathan caminaba en la antigua Estación de Ferrocarriles de Canfranc en aquel año 2000, lugar que se encuentra abandonado, sin uso y que solo la imaginación y el recuerdo de los antiguos del lugar pueden diseñar su grandiosidad y elegancia de antaño.
Este trabajador tenía a menudo algunas horas libres de sus viajes de ida y vuelta entre estas dos localidades fronterizas. Aquel mes de Noviembre del año 2000 decidió como otras veces ir a pasear a la abandonada estación de trenes de Canfranc. Seguramente el ambiente de antaño, con trenes completos deteriorándose poco a poco, vagones carcomidos por la intemperie, y ese esplendor de años pasados hacían soñar a Jonathan, a igual como a otras personas que tienen la suerte de conocer este lugar. Sus líneas férreas se pueden observar hoy en día llenas de malezas silvestres, sus señalizaciones de época emitiendo extraños y crujientes ruidos por el viento, y la construcción de las dependencias administrativas de la estación misma, son dignas para realizar una película con el mejor de los paisajes y entorno a registrar. |
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Jonathan, en su paseo comenzó a pisar papeles en el suelo y de pronto se fijo en algunos sellos, timbres y fechas de la época que contenían estos andrajosos papeles. La documentación se encontraba en antiguas bolsas de plásticos, papeles humedos y ajados, totalmente esparcidos entre matorrales espesos cerca de la iglesia que existe en el lugar. Jonathan más de alguna vez había escuchado algo respecto de este tráfico de oro de algún lugareño, pero nunca pensó tocar la historia con sus propias manos. Mientras caminaba entre los vagones de trenes abandonados vio estos papeles mojados esparcidos en el suelo, los cuales fueron recogiendo en forma instintiva y trataba de descifrarlos poco a poco. Eran documentos de los años 1942-1943. |
Jonathan Díaz en Canfranc con los documentos hallados en las vías
(Foto: Michel Guerin) |
Una vez en su casa de Orolón, con agitación incierta, confirmó que eran documentos de la época de la II Guerra Mundial donde se daban detalles de continuos traslados, muy detallados por aquella frontera de oro y obras de arte, de parte de la Francia ocupada por los nazis, hacia territorio español. Esto confirmaba ciertas leyendas que hablaban los ancianos del lugar. Rumores que siempre escuchó, los cuales se comentaba un pasillo concertado entre autoridades francesas y el gobierno español de la época para hacer desaparecer algunos elementos comprometedores embargados y requisados por los alemanes.
Jonantha volvió aquella misma noche a Canfranc y logró encontrar más documentación que se encontraban en unas bolsas de basuras muy deterioradas, papeles mojados y corroídos por el paso del tiempo. Eran nada menos que un registro completo y detallado de traslados de cantidades enormes de oro y otros valores similares desde el lado francés a España con destino a Portugal. No dudo en ningún momento que estaba ante unos registros históricos muy importantes de una parte del nuestro siglo XX. Los registros eran claros en cantidades, fechas, horas, recepciones, nombres de personas, orígenes del oro a trasladar y destino del mismo. En pocas palabras, la estación de Canfranc era un punto estratégico en aquellos años para hacer desaparecer cantidades enormes de oro, y otros valores similares, ante la complicidad de algunos y el desconocimiento de la mayoría de la población |
Detalles del traslado con fechas, peso del material, y destinatarios |
En este punto hay mucho que agregar, dada la situación que existía en ambos países en esas fechas, pero un análisis nos apartaría de nuestro objetivo principal, solo podemos decir que, este hallazgo ha traído una serie de problemas políticos, empresariales, laborales y sociales, pues aún hay personas descendientes vivos que de alguna forma sabían estas acciones, pero dadas las circunstancias políticas que vivía España callaron y así pasaron los años hasta casi los setenta. El tiempo transcurrido, los vaivenes de la vida misma, hizo que muchas personas del lugar olvidaran, además que en aquellos años los españoles ya tenían bastante con reconstruir sus cimientos de su propia Guerra Civil.
El descubrimiento de Jonathan trascendió rápidamente, y fue el periodista Ramón J. Campo, quien en su magnífica obra “El oro de Canfranc” nos da todos los detalles de este impresionante hallazgo que permaneció en silencio durante tantos años, y que de no ser por ese par de horas de esparcimiento y descanso de este conductor francés de autobuses seguramente se habría perdido y permanecería ignorado. |
Portada del libro del periodista Ramón J. Campo y ruta del oro por Canfranc |
Las consecuencias y repercusiones de este descubrimiento aún no terminan. Hay familias de la época, e intereses políticos actuales que impiden ciertos elementos de análisis con trasparencias, incluso la Red de Ferrocarriles del Estado de España (RENFE) esta haciendo valer sus derechos sobre esta documentación, además Francia tiene intención de pronunciarse al respecto. Según nuestros últimos informes al año 2005 la estación en referencia seguía bastante abandonada. |
Los investigadores, José Mari Riu, Juanjo Martínez y Raúl Núñez en la Estación de Canfranc, año 2002 |
Ante esta situación tan rocambolesca de la historia, al poco tiempo de este hallazgo quien escribe estas líneas, conjuntamente con los investigadores José Mari Riu y Juanjo Martínez, nos adentramos en la estación de Canfranc, y comprobamos “in situ” las sensaciones que vivió Jonathan Díaz el día de su encuentro. Nosotros no tuvimos tanta suerte como Jonathan de encontrar más documentos, pero nos conformamos con haber vivido el paisaje embriagador del lugar, adentrarnos en los vagones abandonados de la estación y rebuscar entre las oficinas abandonadas más papeles antiguos, pero la fortuna no estuvo de nuestro lado. La vida y ciertos acontecimientos de la historia son irrepetibles. |
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El IIEE de Chile agradece a los investigadores José Mari Riu y Juanjo Martínez, el haber compartido con Raúl Núñez esta experiencia. Un recuerdo imborrable. |
Vagones abandonados testigos de una historia incierta
¿Dónde esta el oro y los valiosos objetos que pasaron por Canfranc? |
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