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Nuestro satélite cercano más visible, el cual nos inspira sueños y fantasías cuando lo observamos, es fuente de las más temerarias leyendas y anécdotas. No en vano, en el transcurso de la humanidad, el hombre ha construido su historia mirando el cielo y muchas generaciones pasadas y también actuales, planificaron sus cosechas anuales o dirigieron sus viajes de exploraciones acompañados de este satélite tan nuestro.
¿Quién no se ha sentido trasladado unos minutos mirando su bella estampa?
La hermosa silueta de la Luna, no ha estado nunca exenta de incógnitas ni de controversias. En los últimos años incluso, se ha difundido el rumor que el hombre jamás piso este lugar mágico. Todo habría sido una gran mentira, construida con maquetas de escenarios de cine. Sea esto motivo de debates o no, nadie puede ocultar la gran atracción que tiene la Luna en nuestra existencia, añadiendo lógicamente la influencia que tiene en nuestra planeta sus diferentes fases con relación a su posición respecto a la Tierra.
En este trabajo presentaré algunas anécdotas relacionadas con este satélite, que por mucha controversia que suscité, nos acompaña desde que la humanidad tiene memoria, y que seguramente seguirá siendo fuente de inspiración de poetas, enamorados, visionarios y también de científicos y profetas contemporáneos.
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UNA ANÉCDOTA DE LOS AÑOS CINCUENTA
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Debo confesar, que cuando escuche el relato de mi amigo no pude menos que sentir curiosidad y también un poquito de incredulidad. La conversación surgió espontáneamente, pues en aquella oportunidad conversábamos de los supuestos fraudes de las fotos que presento la NASA al mundo, y que fueron registradas por los astronautas Neil A. Amstrong (año 1969) y luego en el segundo viaje a la Luna por Edwin Aldrin.
El relato de mi amigo el cual me pidió discreción de su nombre es el siguiente:
Vivía él y su familia, en un antiguo pasaje ya desaparecido, en la céntrica calle de Portugal, en la capital de Santiago de Chile. Este pasaje tenía salidas por la mencionada calle, y también por la calle Santa Isabel y otra pequeña detrás, llamada Raulí. Las tres calles mencionadas siguen con sus nombres en el actual Santiago, conservando ya muy poco del pasaje que las comunicaba años atrás.
Los vecinos de aquel pasaje acostumbraban en las tardes salir a disfrutar del fresco a las afueras de sus casas, sacando sillas y haciendo convivencia entre ellos. Eran las horas que los niños disfrutaban jugando con simples juguetes de madera en aquellos años, que por cierto, despertaban mucho la imaginación.
Para los lectores jóvenes debo decir que los hechos relatados a continuación fueron situados recientemente en el año 1954 y por esta razón les puede resultar extraño este proceder del vecindario, aquello de sentarse fuera de sus casas. La razón es simple. En aquellos años no existía aquel aparato que separa a muchas familias que es la televisión, por lo tanto, la gente "conversaba y se relacionaba más a menudo y la vida era mucho más simple que ahora"
Aquel atardecer, cuando jugaba este amigo mío junto a una carreta de madera de caballos, sintió una especie de ruido muy similar a las tracas valencianas con sus famosos juegos artificiales. El ruido no solo fue escuchado por los niños sino también por los mayores quienes se agruparon para ver de dónde provenía este estruendo. Instintivamente miraron hacia arriba, y vieron la Luna en forma de cuarto creciente, que es la forma puntiaguda que se nos presenta este satélite en ciertos días del año, notándose más al atardecer.
El relato en sí, es la observación de una verdadera caída de trozos de colores y ruidos añadidos de la parte inferior puntiaguda de la luna. Estos trozos que se desprendían aparentemente desde la misma Luna, caían estrepitosamente y luego perdían color, pero indudablemente el estruendo provenía de esta acción. El espectáculo era realmente dantesco, lo cual causo pánico y miedo entre los testigos, que según averiguaciones posteriores pensaron en aquellos momentos en temas como el "fin del mundo" o "cosas del demonio" Al parecer el hecho duro aproximadamente unos 10 a 15 segundos, pues de pronto quedo todo en silencio y la Luna no presentaba ninguna anormalidad aparente.
Esta observación quedo totalmente impresa en la memoria de este joven amigo, quien en aquellos años contaba con solo cuatro años, y recientemente su madre en el año 2001 y con gran asombro de su parte, le confirmó este relato. Al ser consultada cual fue la reacción de las personas que vieron esto, comentó que, solo atinaron a coger a sus niños y meterlos rápidamente en sus casas. El acontecimiento descrito quedo como comentario "bajo cuerda" entre los vecinos testigos que fueron aproximadamente siete personas.
Este suceso pasó al olvido de la familia, y solo se pudo determinar la fecha por la madre de mi amigo, quien recordó que estaba embarazada de su segundo hijo en aquellas fechas, y por intermedio de este hecho pude determinar el año y el mes, lo cual concuerda plenamente con la habitabilidad de aquella familia en ese lugar del Gran Santiago.
La fecha con toda certeza es el mes de Febrero del año 1954, pleno verano en Chile.
Aunque este relato en sí, es muy simple y de comprobación incierta, no podemos dejar de asombrarnos cuando hoy en día sabemos que un suceso parecido ocurrió nada menos que la tarde de un lejano 18 de Junio de 1178.
La siguiente narración fue anotada por el monje inglés Gervasio de Canterbury:
Por la tarde del 18 de junio de 1178] después del ocaso, cuando la Luna se hizo visible, un maravilloso fenómeno fue observado por cinco o más hombres... Ahora había una brillante Luna Nueva... sus cuernos estaban orientados hacia el Este; y de pronto el cuerno de arriba se partió en dos. Desde el punto medio de la división se desprendió una antorcha flameante, lanzando a considerable distancia fuego, carbones ardientes y chispas. Mientras, el cuerpo de la Luna que estaba debajo se retorció, como [si sintiese] ansiedad... La Luna palpitó como una serpiente herida. Después recuperó su estado normal. Este fenómeno se repitió una docena de veces o más, asumiendo la llama varias formas retorcidas al azar... Entonces, tras estas trasformaciones, la Luna tomó una apariencia negruzca de cuerno a cuerno. Este reporte fue dado a este escritor por hombres que lo vieron con sus propios ojos, y están preparados para arriesgar su honor con el juramento de que no han añadido o falsificado nada de la descripción anterior.
Lo relatado anteriormente es textual y las personas que observaban esa luna creciente, también sintieron pánico y podemos decir que este acontecimiento registrado hace tantos años atrás fue redescubierto solamente en el año 1972 por algunos estudiantes americanos.
En el año 1976; James Hartung publicó un trabajo en que sugería que lo observado por estas personas en el año 1178, fue el impacto meteórico en la superficie lunar. Añadió, que este impacto fue posiblemente el causante del cráter Giordano Bruno de 22 kilómetros (14 millas) de diámetro. |
Más adelante esta teoría de Hartung fue apoyada por Paul Withers del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona. Según Withers un impacto de este calibre en la superficie lunar habría expulsado hasta diez millones de toneladas de rocas, polvo y otros residuos del suelo lunar, y seguramente algo de lo expulsado, luego de escapar de la gravedad lunar, habría terminado cayendo en nuestro planeta.
La incógnita surge, cuando Withers luego de revisar archivos y registros históricos de la época de la observación medieval (año 1178) donde incluyó escritos europeos, chinos, árabes, japoneses y asiáticos, no encontró mención alguna a lluvia de meteoritos o algo que podría relacionarse con el periodo estudiado. A pesar de esta búsqueda infructuosa, Paul Withers en un artículo científico publicado en el año 1977, concuerda en la teoría de la explosión de un meteorito en la superficie lunar en el año 1178.
"Creo que ellos estuvieron en el lugar preciso en el momento preciso, para mirar hacia el cielo y ver un meteoro que estaba justo enfrente de la Luna, moviéndose directamente hacia ellos", dice Withers. "Fue un meteoro bastante espectacular que estalló en llamas en la atmósfera terrestre -ondulante, burbujeante, seseante. Si usted estuviese en la precisa franja de uno a dos kilómetros de la superficie terrestre, tendría la geometría perfecta. Eso explicaría por qué sólo se sabe de cinco personas que lo hayan visto".
Esta es la afirmación de Paul Withers al respecto de este tema y que podría traspasarse plenamente aquel día de verano en Chile en el año 1954, donde también un reducido número de personas vieron este fenómeno en la Luna y que nunca lo han olvidado.
Digo traspasarse, con un pequeño matiz, ya que en estos momentos estoy realizando un trabajo de consulta de hemerotecas y que podría de alguna manera cambiar este resultado.
De haber quedado registrado algún fenómeno similar, sean lluvias extrañas en los cielos de Santiago en aquellos años, o algún hecho anómalo parecido, se podría pensar que otros testigos similares a los del pasaje de la calle Portugal también existieron, y habría una razón suficiente como plantearse definitivamente la teoría del meteorito en el suelo lunar, o quizás pensar en otras posibilidades impensables hasta ahora.
Lo anteriormente expuesto es sólo una muestra simple de cómo la Luna, nuestro satélite artificial, nos resulta un perfecto desconocido, a pesar de la llegada del hombre a su superficie aquel histórico 21 de Julio de 1969.
¿Pero llegó el hombre realmente a la Luna?
Aunque reiterativo, creo que al tratar estos temas debemos ser coherentes y consecuentes con nuestras propias valoraciones internas y también con lo que realmente poseemos, que es un conocimiento científico adquirido a través de los años, muchas veces parcelado, pero que es lo único que poseemos para medir ciertos acontecimientos que muchas veces se nos escapa entre la mitificación de ciertos hechos y el sensacionalismo de algunos medios de comunicación, que sólo buscan motivaciones económicas en estos temas.
Pensar en un gran engaño por parte de la nación más poderosa del mundo, a todos los habitantes de este planeta, me resulta algo grotesco e inimaginable. Aunque con los últimos acontecimientos que ocurren en nuestro planeta y las guerras existentes, creadas algunas de ellas artificialmente, con disculpas de buscar armas químicas que luego jamás son encontradas, no puedo a lo menos que dejar un signo de interrogación al respecto. Lamentablemente, no tenemos los medios suficientes como para aclarar un fraude de esta índole y todo lo que se dice y escribe hay que ponerlo en cuarentena, ya que nuestro conocimiento en relación con estos hechos es muy limitado. La gran máquina de información y de manipulación proveniente del gran país del Norte puede inducir ideas, crear mensajes subliminales y muchas otras cosas más, y no podemos descartar un engaño masivo respecto a este tema.
No solo se han revisado las fotos de los astronautas americanos en la Luna, los reflejos en sus cascos, las sombras misteriosas que se forman a su alrededor, la bandera que supuestamente flamea (algo inverosímil si en la Luna no hay aire) Todo esto acompañado de fotografías a objetos misteriosos que fueron censuradas rápidamente, y también algunas conversaciones curiosas entre la base terrestre y los astronautas en la superficie lunar. |
Como muestra una de estas conversaciones clasificadas filtradas entre la tripulación del Apolo XI y el control de la misión. (No se puede aclarar realmente su autenticidad de origen)
Apolo 11: ¿Qué diablos eran? Es lo que quiero saber. Estas cosas eran gigantescas
Señor. ¡Dios mío, usted no lo creería!
NASA: ¿Qué...? ¿Qué diablos pasa?
Apolo 11: Están aquí, bajo la superficie.
NASA: ¿Qué hay ahí? Control de misión llamando a Apolo 11.
Apolo 11: Estamos aquí, los tres. Pero hemos encontrado visitantes... Por las instalaciones, parece que han estado aquí desde hace mucho tiempo... Digo que ahí fuera hay aparatos espaciales. Están alineados en filas al otro lado del cráter...
Esta increíble conversación, según un ex empleado de la NASA, Otto Binder puede haber sido escuchada por unos radioaficionados por un "canal reservado" En parte, otra persona de la NASA, experta en comunicaciones, de nombre Maurice Chatelain, en el año 1979 confirmó que un retardo de tiempo en la transmisión del diálogo entre el centro de control y el Apolo XI permitió que la NASA censurara la información referente a "los visitantes"
En este punto, es importante añadir que aunque resulta difícil de digerir un ocultamiento de esta dimensión por parte de la NASA, con respecto a estas conversaciones captadas por radioaficionados, no es la primera vez que radioaficionados captan hechos de esta índole. En el mes de Marzo de 1965 el periódico italiano Il Corriere della Sera publicó un artículo llamado "Cosmonautas soviéticos muertos en el Cosmos". La noticia se refería a que ciertos informes de origen americano relataban la experiencia de dos radioaficionados italianos Giovanni Batista y Achille Judica-Cordiglia, ambos de la ciudad de Turín, quienes mantenían una estación de escucha y rastreo en sus domicilios.
La sorpresa de estos radioaficionados fue mayúscula cuando dicen haber captado conversaciones de algunos cosmonautas soviéticos que no regresaron de sus misiones. Incluso señala una fecha como el 28 de Noviembre de 1960 y Abril de 1964 donde se supone que varios astronautas soviéticos habrían fallado en su intento de volver con su nave a la Tierra. Este asunto fue mucho más allá de una simple información, ya que se emitió una supuesta conversación muy dramática entre un astronauta y su base en Tierra, donde se relata la impotencia de un fracaso mortal para ellos. Esta acción hizo emitir un desmentido al Teniente General de Aviación, Nikolai Kamanin, héroe de la Unión Soviética y Director Ejecutivo del programa de vuelos cosmonáuticos de la ex URSS.
Luego se puso en entredicho, el paseo cósmico de Alexei Leonov, acción realizada el 18 de marzo de 1965. Algunos escépticos de estos acontecimientos, hicieron análisis de todas las fotografías entregadas por las autoridades soviéticas de aquellos años con respecto al paseo cósmico y se encontraron deficiencias técnicas que indicaban un fraude muy bien orquestado y realizado en estudios de cine. Algo similar a lo ocurrido con los astronautas estadounidenses.
Todo lo anteriormente dicho, se debe leer con la visión histórica que en aquellos años existía una competencia a tope entre las dos naciones más poderosas del mundo. Los acontecimientos mundiales de aquellos años eran una total desconfianza entre dos bloques que dividían al mundo, posturas irreconciliables, y que sacaban partido de acciones como estas para lograr ventajas de toda índole.
¿Nos engañaron a todos con una gran puesta en escena cósmica de gran envergadura?
¿Hemos vivido todos estos años engañados y viviendo una quimera espacial de adelantos y sólo hemos logrado una ínfima parte de lo expuesto?
¿Cuál es el fin de una ocultación de esta naturaleza?
Hoy en día, la Luna sigue llamando la atención de los miles de internautas y personas en general. Últimamente, en forma constante y por períodos de tiempo bastantes cortos, no faltan las interpretaciones que nos presentan, y son de conocimiento público y masivo; todo esto distribuidos por la Red Internet “formas humanas en la superficie lunar, construcciones extrañas, piedras que levitan, grandes rocas que han cambiado de lugar, luces misteriosas, etc.… Nadie escapa a esta curiosidad reiterativa de saber que nos oculta realmente nuestro satélite natural.
Pero, sin querer en adentrarnos en detalles que serían reiterativos, ya que existe mucha literatura al respecto de estas grandes dudas, creo necesario seguir nuestro paseo lunático en estas líneas, con algunas curiosidades poco conocidas sobre nuestro satélite, que muchas veces pasan desapercibidas, lo cual no las hacen menos importante.
Por ejemplo, les recordamos a nuestros amigos lectores, que el día 16 de Julio de 1997 a las 03,00 A.M. en plena Pampa del Tamarugal, cuatro fotografías sorprendentes fueron captadas por el astrónomo aficionado Manuel Barra Galdámez, quien practicaba habitualmente su afición a la astrofotografía.
Las fotografías mencionadas son cuatro en total. Fueron captadas por una cámara Zenic 122, con película Fují de 100 Asas. Se uso telescopio reflector marca Targus de diámetro 60x900, magnificación 675. Los utensilios mencionados fueron revisados por una empresa particular sin determinar fallo alguno, igualmente las fotos fueron analizadas por personal especializado del Planetario de Santiago, sin explicación concluyente.
El investigador chileno Ignacio Llanos, nos aportó este trabajo, el cual fue publicado en el año 2003 en el dominio Web del IIEE de Chile, y nos dice textualmente:
"La secuencia fotográfica es de cuatro fotos, pero trabajaremos con solo dos de ellas. En la primera se aprecia un fenómeno lumínico con trayectoria fija, se aprecian claramente dos formas lumínicas sin núcleo aparente, ambas formas desprenden una gran cantidad de calor, hecho comprobado por intermedio de un programa especial para precisar temperaturas elevadas. La segunda fotografía lograda en fracciones de segundo después, se puede apreciar claramente y a una gran distancia de la luna un nuevo cuerpo sólido y brillante, con núcleo totalmente definido. Por lo tanto, me atrevo a decir enfáticamente que la forma lumínica inicial toma solidez, tiene trayectoria definida, se detiene en otra orbita de la luna, por lo tanto, instruyó una participación inteligente detrás de estas formas de luminosidades"
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Hasta el momento estas curiosas fotografías no han tenido ningún tipo de explicación de parte del mundo científico y todo ha quedado como otra anécdota relacionada con nuestro planeta.
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Quizás estas curiosas fotografías u observaciones, no sólo sea patrimonio absoluto de la Luna, ya que debemos recordar a nuestros amigos lectores que el astro rey, o sea el Sol, no está exento de estas curiosidades. En el año 1883, el astrónomo mexicano José Bonilla logra una observación de 447 objetos circulares que se desplazaban delante del Sol en dirección Oeste a Este. La descripción que nos dejó para la posterioridad es que eran circulares y otros alargados. Su desplazamiento era en grupos de 15 a 20 objetos, y nunca se pudo determinar y explicar esta observación del astrónomo mexicano. |
Una de las fotografías de José Bonilla en la superficie solar – Año 1883 |
No se puede terminar este anecdotario, sin la mención de la picaresca popular en referencia a la Luna, ya que en el año 1953 en la elección de director de un club social de Talca, el abogado Jenaro Gajardo Vera recibió un voto negativo por no tener fortuna significativa. Entonces, Gajardo notó que había una posesión que nadie había reclamado: La Luna |
En la foto: Abogado Jenaro Gajardo Vera, muestra el documento notarial de posesión lunar |
Público su demanda en tres ediciones del Diario Oficial y como nadie replicó, asumió que el satélite natural le pertenecía y lo registro pagando lo que hoy serían $ 42.000 (cada dólar americano son 580 pesos chilenos aprox.)
Si bien la leyenda dice que el Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, pidió permiso a Gajardo para el alunizaje del Apolo 11 en 1969, el experto Virgilio Pop dice que es un mito. |
Escrito Notarial que confirma el trámite de titularidad en la Luna |
Según esa historia, Nixon envió a Gajardo un telegrama a través de la Embajada de los Estados Unidos en Chile pidiendo autorización para que los astronautas Aldrin, Collins y Armstrong se posaran en el satélite. Pero jamás se planteó que algunos de los tripulantes posara sus pies en la Luna, así que Nixon no tendría por qué haber pedido permiso" concluye Pop.
Esta anécdota jocosa y que fue publicada con gran distribución en los medios de comunicación de aquellos años, nos muestra una vez más que nuestro satélite inspira todo tipo de acciones, desde las más románticas, científicas y serias, hasta las más rocambolescas y pintorescas. |
OTROS SUCESOS CURIOSOS REFERENTE A LA INTERACCION DE NUESTROS SATELITES NATURALES Y NOSOTROS LOS HUMANOS |
En España: Una mujer gallega (de Galicia) se declara dueña del sol ante notario
El notario quedó perplejo pero aceptó a levantar el acta tras consultar con el colegio local de su gremio.
Publicado: viernes, 26 de Noviembre del 2010, a las 11:44 hrs.
Por: Agencias - La Coruña, España
Tras varios millones de años, el Sol ya tiene dueño después que una ciudadana española acudiera a un notario para proclamarse propietaria del astro rey, publica este viernes en su página web el diario regional gallego, “La Voz de Galicia”. |
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"Soy propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149.600.000 kilómetros...", asegura el acta citada por el diario, cuya información ha sido retomada por la prensa española.
La perplejidad del notario ante la petición le llevó a consultar con su colegio profesional antes de acceder a levantar acta, según el rotativo.
La nueva dueña del Sol, Ángeles Durán, explicó al diario que hay un convenio internacional por el que ningún país puede ser dueño de los planetas, pero no vincula a los particulares "y hay un americano que escrituró casi todos los planetas y la luna; pero no el Sol".
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Ángeles Duran muestra su Acta Notarial
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La nueva dueña solar, que vive en la localidad gallega de Salvatierra de Niño (noroeste), afirma haberse hecho propietaria de la estrella "por usucapión" y "al no existir ni conocerse en cinco mil millones de años propietario alguno hasta la fecha", según el diario gallego.
“La Voz de Galicia” recuerda que ahora, la terrateniente solar debería inscribir su adquisición en el registro de la propiedad español pero... este organismo "no tiene competencias sobre el sistema solar". |
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