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EL AVE GIGANTESCA CATALANA |
¿Qué sobrevoló en los principios de los años 90 los cielos de Barcelona? |
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La presencia de criaturas alas de gigantes proporciones se encuentran el folklore tradicional de casi todo el planeta. Sin embargo, en tiempos recientes, en diversos lugares del mundo han aparecido testigos que aseguran haber contemplado aves de proporciones gigantescas. Los zoólogos nos informan que los seres vivos más grandes que surcan nuestros cielos en la actualidad son los albatros y el cóndor de los Andes, pudiendo sobrepasar, en el mejor de los casos, un par o tres palmos los tres metros. Pero se trata de animales que viven en áreas geográficas muy concretas. Cataluña, situada mayoritariamente en la parte noreste de la Península Ibérica, muy lejos de sus hábitats, ha sido uno de los escenarios privilegiados para tales visiones.
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Las cartas en el periódico catalán "La Vanguardia"(1) |
El 10 de Junio de 1990 aparecía en la sección de "cartas al Director" del rotativo barcelonés "La Vanguardia"(2) un escrito firmado por Pere Carbó en el cual relataba haber sido despertado la noche del 28 de Mayo anterior por los "insoportables graznidos" de un ave de grandes dimensiones, que él establece entre e y 5 metros. En el escrito, preguntaba por otros testigos y señalaba su extrañeza de que la prensa no se hubiera ya hecho eco sobre la presencia de dicho ser.
Cuatro días más tarde llega la respuesta a través de la carta de José García García en la que señala haber contemplado el volátil los primeros días de junio, junto a más testigos, en otro barrio de Barcelona, la antigua Ciudad Condal. El nuevo informante indica que los graznidos "hacían vibrar los cristales", establece unas dimensiones de unos 8 metros de ala a ala, describe una silueta de paloma y la relaciona con la desaparición de gatos que se desvanecen de los balcones, pero cuyos cadáveres no aparecen en las calles. P Pero eso no es todo. La visión de conspiración que apuntaba Carbó, aquí se explicita. García acusa: solamente se nos informa de lo que se quiere. Y tal silencio oficial es exactamente el mismo que se sostiene con respecto a los ovnis. Finaliza su escrito proponiendo una solución: "que esta horrible ave fuera una mutación que estuvieran experimentando las palomas de Barcelona" |
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La tercera carta se publica solamente un día después y viene firmada por un tal Xavier Tutusaus(3) estudioso botánico y faunista. Este "naturista" nos aclara que el ave es "Avis cervus" o peritio de transito hacia Madagascar - o tal vez la Atlántida - pero que resulta totalmente inofensiva a los humanos. Nos expone también que fue descrita ya por el Rabino Aarón Ben Chaim en un opúsculo consagrado a bestias fantásticas, del que se disponía de algún fragmento depositado en la Universidad de Munich(4) desaparecido en la Segunda Guerra Mundial.
Aaron Ben Chaim era un distinguido rabino de Fez que escribió un Bestiario Fantástico(5) además de notorias obras difusas y sutiles sobre cuestiones veterotestamentarias.
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Al día siguiente, 16 de Junio, Claudio Ametller Font responde de nuevo a Carbó indicándole que el oyó los graznidos esa misma noche y cuando salió a la ventana contempló una ave de unas dimensiones entre 10 y 15 metros. Además indica que volvió a ver al animal la noche del 3 de Junio y recoge las narraciones de otros vecinos que fueron testigos el 4 y 5 de Junio.
A partir de aquí las cartas se suceden hasta un total de 51 que se extendieron hasta el 7 Septiembre. Algunas son puramente humorísticas, mientras que otras insisten en lo señalado: tamaño de unos 10 metros, silueta de paloma o la de una mutación.
Paralelamente se suceden cartas y artículos de opinión de plumas más o menos famosas en la prensa barcelonesa, una encuesta en el mismo rotativo, y hasta reuniones espontáneas en la montaña de Montjuïc para ser espectadores de primera del vuelo del ave. |
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No solamente en Barcelona |
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No solamente en la Ciudad Condal hubo testigos de tales avistamientos. Antonio Parera en una carta aparecida el día 26 de Junio relata que en el municipio de Gava, a 18 km de la capital catalana, observó un ave "de unos 10 metros, negra y escalofriante en sus graznidos". |
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Antonio Insa Rabos de Sant Joan Despí, a 11 km de Barcelona, declara en su carta del 27 de Junio haber contemplado dos veces pasar un ave en dirección a la capital emitiendo graznidos, pero de un tamaño mucho más reducido, "de unos 1,50mt de punta de ala a punta de ala.
El 8 de Julio aparece una carta de Gabriel Robledillo, relatando su avistamiento del 22 de Junio. Se trasladaba de El Vendrell a unos 60 km al sur de la Ciudad Condal, hacia la localidad de Bellver del Penédes cuando escuchó un extraño ruido. Entonces pudo contemplar un pájaro grandioso, de color negro, que llevaba alguna cosa de color claro entre las patas. El testigo paró el coche, apeándose para observar con más atención. Otros automovilistas se detuvieron en la calzada "pero al ver al gigantesco animal sus conductores presa de pánico se dieron a la fuga"
En una carta mucho más tardía (2 de Agosto), Juan Girgas de Figueres, expone que cuando regresaba de una discoteca el sábado (6) por la noche se estrellaron contra un ciprés debido a que un "gran pajarraco, similar a un pteranodonte", después de revolotear varias veces, lanzó una andana de excrementos (7)
El lugar de autos eran los pantanales gerundenses de L' Emporda, a más de 100 km de Barcelona.
También en Salou, a unos 100 km, pero hacía el sur, hubo testigos del avistamiento. Y en Montornés del Valles. |
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Más testigos |
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Francisco Roch solamente fue un testigo auditivo la noche del 12 de Junio -carta del 28 de junio-, pero realizó una aportación de datos sobre otras aves enormes contempladas en Italia en los últimos meses de 1989 y principios de 1990. Toda esta información fue complementada en un trabajo sobre aves voladoras fantásticas publicado por el biólogo Miguel seguí en 1992 (8)
Seguí, en su escrito, apunta que el aspecto de los volátiles de Barcelona de 1990 difiere de los contemplados meses antes en Italia, y también en Francia, ya que a los testigos de estos últimos se les antojan semejantes a pájaros prehistóricos, similares a los pterodáctilos. |
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Aunque las cartas se desvanecieron, se siguieron recogiendo testimonios dentro y fuera de Barcelona. Testigos oculares en la céntrica Plaza de Cataluña de Barcelona, o en una terraza en Sitges, a unos 35 km al sur de la Ciudad Condal, donde el 11 de Agosto de 199, R. Espinoza y otros 4 testigos miembros contemplaban la lluvia de las Perseidas, vieron pasar un ave de unos 20 o 30 metros de ala a ala, muy obscura o negra. Se desplazaba emitiendo algo semejante a un pequeño silbido y su aspecto era "prehistórico". Esa misma noche aún observaron otra de características semejantes que se les antojó más pequeña, o bien se encontraba a una mayor distancia.
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Una noche de verano de 1990, un ingeniero industrial que circulaba por el autovía C-17, encontrándose a unos 50 km de Barcelona, contempló lo que parecía un ave de unos 12 metros, de color gris obscuro. Volaba bajo, de manera que inicialmente el testigo pensó que se trataba de la lona de un camión. Pero lo que más le llamó la atención fue la cabeza erguida y que no pareciese estar articulada, de forma que su aspecto se asemejaba más al de un artilugio, lo que le llevó a pensar en algún tipo de aparato de aeromodelismo.
Otro testimonio de carretera se produjo en verano de 1992 (9) J.A. Pérez se dirigía a Castelldefels en un descapotable junto a su esposa cuando en las proximidades del aeropuerto del Prat, a 15 kilómetros de Barcelona, contemplo una ave gigantesca de un tamaño de unas seis veces el del coche y con el perfil de un ave prehistórico. No emitía ruido aparente ninguno. El testigo pensó que se trataba del rodaje de una película dada la rareza de la observación. Su esposa no pudo contemplar la forma en detalle por lo que sugirió que se tratara de un avión.
A principios de 1996 en Girona, a unos 100 km al norte de Barcelona, una familia contempló una ave de unos 5 o 6 metros, obscura, que no emitía ruido alguno, sin movimiento en las alas y de unas patas muy gruesas.
Lluís Villamaría, declaró haber contemplado, junto a un grupo de amigos, el 14 de Abril de 1996, un ave inmensa a pleno día en la zona montañosa de Montseny, a unos 70 km de Barcelona. Era negra, y se desplazaba moviendo sus amplias alas que obscurecieron a su paso el sol de los testigos, dada la escasa altura, a unos 3 metros, a la que sobrevoló.
Finalmente, el 13 de Abril de 2001 Jesús Serrano y su novia observaron un ave inmensa en Les Escaldes-Ergondany (10) a unos 300 km al norte de Barcelona. El aspecto del ave era semejante a de un águila, batía sus alas, planeaba y cambiaba de trayectoria a una velocidad increíble. Y lo que todavía era más insólito "parecía emitir luz propia de tonos rojizos" lo que llevó a pensar al testigo principal que se encontraba ante la mismísima ave fénix. |
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Explicaciones |
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Las descripciones dadas por los testigos son bastantes variopintas por lo que resulta complejo, sino imposible, facilitar una única interpretación a tales eventos. Antropólogos y psicólogos han documentado numerosas situaciones en las que seres y sucesos imaginados satisfacen necesidades sociales y/o individuales. Podríamos encontrarnos quizá, ante uno de tal caso. Bajo ese esquema es tratado por el periodista Antonio Ortí como una leyenda urbana más en el exitoso volumen "Leyendas urbanas en España" (11)
¿Pero excluye eso en nuestro caso la posibilidad de estímulos físicos objetivos?
¿De que se trataría entonces?
Si dejamos de lado provisionalmente las referencias concretas al tamaño del ave de las "Cartas al Director" de "La Vanguardia" vamos que más allá de interpretaciones muy personales, lo que se describe es un ave muy grande, mucho más que a lo habitualmente están acostumbrados los habitantes de Barcelona. Esa ave pudo muy bien existir y sobrevolar la Ciudad Condal, fuera de su hábitat natural, sin necesidad de salirse de las taxonomías más ortodoxas. Quizá significativamente una emisora comercial barcelonesa entrevistó en junio de ese año al presunto propietario de un volátil, quien afirmó que se le había escapado, demostrando cierto enfado por todo el revuelo montado. Si esto explicara la mayor parte de los avistamientos aparecidos por el rotativo, no debería extrañarnos los errores de los testigos en su apreciación de tamaños. La experiencia del autor y de otros tantos, recogida en la bibliografía sobre óptica, psicológica y de los no identificados, permite conocer lo difícil o imposible que resulta establecer el tamaño absoluto de un objeto desconocido previamente. Considérese las condiciones de nocturnidad de la mayor parte de observaciones.
Por otra parte, llaman la atención aquellos pocos casos en que el perfil del ave parece responder más a un reptil o un animal primitivo. Un ser enorme que parece desplazarse sin movimientos perceptibles, silencioso y noctámbulo sobrevolando el espacio. ¿Apuntan hacia una pieza especial de aeromodelismo? Dichos aparatos reproducen a escala casi real a los pterosaurios desaparecidos hace unos 65 millones de años. Se han desarrollados diversos modelos, tal y como reflejan las imágenes adjuntas, y no es imposible que uno se probara en Cataluña. Sin embargo, indagaciones realizadas independientemente por Ramón Navia y por el autor de este escrito coincidieron en que en el mundo del aeromodelismo catalán nadie daba razón de una pieza que se asemejara a la descrita. Resulta muy extraño, además, que se prefieran las horas nocturnas para su vuelo dada su considerable valor económico, salvo que queramos ver en ellos siniestras intenciones.
Curiosamente, tanto escépticos militantes como aquellos que aprecian una vertiente más mística o paranormal en el fenómeno ovni, coinciden en la semejanza entre estos avistamientos y el de los no identificados. Para los primeros, errores de percepción, escaso rigor científico y mistificaciones voluntarias o involuntarias explican ambos fenómenos. Para los segundos, parte de la rareza y singularidad de los no identificados recae en que puedan mostrarse bajo formas y aspectos diversos, trocados para la ocasión. |
(1) Un total de 51 cartas fueron publicadas entre el 10 de Junio y el 7 de Septiembre. Fueron recogidas por el autor de "La extraña y gigantesca ave sobre Barcelona" en: Crönqiues d´Art i Tradició N° 2 (septiembre de 1990) pág. 33-68. Expediente de una nueva edición de tales textos.
(2) Dicho periódico se redacta en español. Su sección de "Cartas al director" ha sido durante décadas afamado escenario de animados debates y púlpito de denuncia de abusos diversos. En la actualidad se publican las cartas de los lectores en catalán o español indistintamente, según llegan a la redacción pero no en aquella época.
(3) Persona que, con esa responsabilidad u otra, el autor no ha logrado localizar jamás, pese a los reiterados esfuerzos.
(4) Ludwig- Maximilians, Universitat Munchen
(5) En 1990 al publicarse "La extraña y gigantesca ave sobre Barcelona" el autor no había encontrado fuente alguna que citara la referencia de Tutusaus. Sin embargo, años después halló una narración casi idéntica en Jean-Paul Ronecker Le Simbolisme animal: Mythes, Croyances, Légendes, Archétypes, folklore, imaginaire... París Dangles, 1993. La obra es posterior al escrito de Tutusaus.
(6) Probablemente el 23 de julio.
(7) Evidentemente la intervención de un litigio con las aseguradoras, citado explícitamente en la misma carta, favorece una explicación picaresca del hecho.
(8) Miguel Seguí. "Extrañas criaturas aladas" En: Año cero N° 21 (abril 1992) pág 50-56
(9) El testimonio fue recogido unos años después del evento y en el relato se apunta que la fecha es esa, pero que también podría tratarse del verano de 1991.
(10) Población que pertenece al Principado de Andorra.
(11) Antonio Orti y Joseph Sampers "El buitre monstruoso" En: "Leyendas Urbanas en España" Barcelona, Martínez Roca 2000
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Autor: Jordi Ardanuy
Investigador catalán
Colaborador del IIEE de Chile
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Trabajo publicado en: Espacio Compartido - Nª 26 (IIEE de España) |
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