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AÑOS 30: DOS FAMILIAS PODEROSAS EN DISPUTA
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30 de junio de 1933 Rebeca Larraín Echeverría (ver foto) murió de un balazo en su casa de calle Holanda 456, en el nuevo barrio de Providencia en Santiago. El autor del disparo fue su marido, Roberto Barceló Lira, quien informó del hecho a la policía. Los efectivos lo detuvieron como principal sospechoso luego de interrogarlo, inspeccionar el lugar y observar el cadáver, iniciándose una causa indagatoria ante el Cuarto Juzgado del Crimen. Junto con solicitar el prontuario de autopsia de Rebeca al Servicio Médico Legal del Ministerio de Justicia, la Corte de Apelaciones de Santiago encargó el 3 de julio una causa de oficio al ministro en visita Manuel I. Rivas. Acompañada por su hermano Rafael, tío de Rebeca, su madre Inés Echeverría –cuyo seudónimo literario era Iris– lideró un bullado juicio acusatorio en el que testificaron numerosos integrantes de la élite santiaguina y la servidumbre de la casa, además de lo cual habló y escribió profusamente con el fin de implicar a la opinión pública en el proceso. El 23 de enero de 1934 se dictó sentencia de muerte contra Roberto Barceló por el parricidio de su esposa.

Corría 1933 y los periódicos de la época daban cuenta del bullado escándalo: el joven arquitecto Roberto Barceló Lira, miembro de una acomodada familia capitalina, había asesinado de un tiro en la espalda a su esposa, Rebeca Larraín, nieta de Andrés Bello. Fue detenido y sometido a un juicio que duró tres años. "Incluso, se cuenta que la madre de Rebeca, la escritora Inés Echeverría, amenazó al presidente Arturo Alessandri Palma con una pistola para que no aceptara el indulto que le solicitó Barceló", agrega.
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Finalmente, en 1936, fue aniquilado, pasando a formar parte de la lista de los 58 criminales que murieron producto de la pena capital que rigió en Chile entre 1875 y 2001.

Hacia el fin de la "justicia doble" en los casos de uxoricidio

Junto con los peritajes, en la investigación judicial fueron igualmente importantes los testimonios de María Toro, Orfelina Villagra y Clara Hidalgo, las sirvientas del matrimonio Barceló-Larraín. Sus palabras, nombres y circunstancias resuenan en los de otras mujeres que sufrieron violencia e incluso perecieron en manos de sus parejas en esos mismos años; aunque sus historias no consiguieron justicia como la de Rebeca, sus cuerpos e iniciativas para pedir ayuda pueden rastrearse en los archivos históricos del Servicio Médico Legal.

Siguiendo los argumentos de uno de los abogados querellantes, el fusilamiento de Roberto Barceló permitió demostrar que en Chile podía terminarse con una "justicia doble", indulgente hasta aquel entonces con los homicidas de clase alta y rígida e implacable con los de clase baja. Como hoy se sabe, sin embargo, el hito que marcó esa decisión de fines de 1936 no fue suficiente para concebir la figura criminal del femicidio en la sociedad chilena, que surgió recién en 2010 y solo como derivación de la ley de violencia intrafamiliar.

La desgarradora historia de Rebeca y Roberto muestra cabalmente que jamás debe permitirse la violencia en la pareja -algo que solo se logra conquistando el derecho a la igualdad de las esposas frente a sus maridos cualquiera sea su clase social-. El episodio instala además la convicción de que cualquier integrante de la sociedad -independiente de su edad, estado civil, existencia o inexistencia de hijos o de respaldo familiar y orientación sexual- debe ser defendido por el Estado frente a la violencia que pudiera inferirle su pareja.

NOTAS AL MARGEN:

•  La víctima era hija de Inés Echeverría Bello , escritora feminista conocida con el seudónimo de "Iris". Por lo mismo, el caso conmocionó a la sociedad de la época al visibilizar las acciones políticas y judiciales que desplegaban dos poderosas familias para conseguir sus objetivos. Esta mujer visibilizó la violencia de género en su época. Su familia era descendiente directa de Andrés Bello.

•  Roberto Barceló Lira, tenía una vida dedicada al juego, muchas deudas y descalabros sociales, económicos, y amorosos siendo la oveja negra de una familia con antecedentes históricos. Barceló fue el penúltimo de los once hijos del abogado José María Barceló Carvallo, ministro de la Corte Suprema y ministro de Justicia del presidente Federico Errázuriz Zañartu y de Rosa Lira Carrera, nieta de José Miguel Carrera. Su hermano José María, general de Ejército y director de la Escuela Militar, era sobreviviente del accidente ferroviario en la estación  Alpatacal . 

•  El sacerdote Alberto Hurtado, se encontraba de parte de Roberto Barceló Lira, apoyando su alegato de inocencia. Fue su confesor y quien ofició una misa antes de su ejecución dado que habían sido compañeros de colegio. Las crónicas mencionan que le acompaño al pie del patíbulo el 23 de noviembre de 1936. El 23 de octubre del 2005 el  Papa  Benedicto XVI canonizó al  Padre Alberto Hurtado , declarándolo santo de la Iglesia Católica.

FUENTES:
Memoria Chilena – Biblioteca Nacional de Chile

El Mostrador (20.04.2021)
https://www.archivonacional.gob.cl/616/articles-93651_archivo_PDF.pdf

El caso Barceló Echeverría de Juan López Marfull,
https://centroderecursos.educarchile.cl/handle/20.500.12246/1051
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